Cajón de Sastre

Rufino Soriano Tena

La definición de pedo, hablando del CNI

No se asusten porque mi señoría aun no ha decidido nada a propósito de eso de escribir durante treinta días seguidos sendas cuchufletas, como les dije en la última que difundí hace unos días. Ésta, es decir, esta cuchufleta, chirigota o rechifla no es la primera de la serie porque mi señoría todavía no ha tomado la decisión de cuándo vaya a iniciar tal experimento, ya que sigo midiendo mis fuerzas y no veo claro que vaya a poder aguantar la citada prueba. Por lo tanto, este post es uno más de los que yo doy a luz o paro, pero que no paro para quedarme inmóvil sino que sigo adelante. Sigo para contarles a vuesarcedes un suceso que ocurrido ha últimamente y que yo, por mor de mi senectud, no acabo de entender. Se trata del correspondiente a este titular de la prensa diurna y para mayor detalle matutina: “El gobierno, dispuesto a dejar caer a la directora del CNI para salvarse”. Y mi señoría pregunta, ¿pero qué gobierno? ¿Ah, pero esto que tenemos ahora es un Gobierno? Y, ¿por qué va a dejar caer a la directora del CNI? Y caer, ¿de dónde? Porque la directora esa puede hacerse mucho daño, si la caída es peligrosa. Que las caídas a veces llegan a ser hasta letales. Pero vamos a ver, ¿lo de ese sistema Pegasus en qué consiste? A mi señoría, de entrada, eso de Pegasus le suena como a algo romano. Es más, se me ha ocurrido -no sé por qué- relacionarlo con algo que yo aprendí cuando estudiaba el bachillerato aquel que estuvo en vigor allá por los años cuarenta del siglo pasado, siendo Ministro de Educación don José Ibáñez Martín. Sí, aquel bachillerato tenía siete cursos, con la asignatura de latín en todos ellos y si cuando se habían aprobado los siete cursos -cada uno de ellos con siete u ocho asignaturas-, queríamos el título para poder estudiar la carrera había que aprobar, además, el examen de reválida, en la Universidad. Y es que entonces no ocurría como ahora. Bachillerato como el actual y que -si Dios no lo remedia- será el que tendrán que cursar mis biznietos, es decir, bachillerato como éste de la ministra Celaá, no tiene nada que ver con el que estudió mi señoría. Entonces, además, para pasar de un curso al siguiente había que aprobar todas las asignaturas del curso anterior. Y cuando digo todas son todas, nada de eso de que, aunque haya suspensos, si los profesores lo dicen, se pasa al curso siguiente: no. Hay que ser serios.

Todo esto dicho se ha por mor de que a uno, o sea, a mi señoría se le ocurrió -e insisto que no sé por qué, ya que no tiene nada que ver- relacionar el follón ese del CNI y lo de Pegasus con algo que aprendí en aquellos tiempos y que no es otra cosa que la definición de pedo en un latín ´macarrónico´. He de reconocer que el tema puede ser asaz escatológico o coprológico para algunos de vuesarcedes, pero sabiendo que esto es como las lentejas, que quien quiere las come y quien no quiere las deja… En efecto, para quienes toleren esta chanza sin remilgos y con la nariz cerrada o no, les diré que “Pedum est ventus corruptus qui ambulat per vias tenebrosas, aliquandum pitat, aliquandum sonat et aliquandum facit pin-Pam-plona, secundum culum (vel asinam) cuiusque personae. Que es tanto como decir que “el pedo es un viento corrupto que anda por vías tenebrosas, unas veces pita, otras veces suena y otras hace pimpamplona, según el trasero (o el culo) de cada persona”. ¿A  que está claro? ¿O no?

6-05-2021.

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Autor

Rufino Soriano Tena

Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Granada y Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Comillas (ICADE) de Madrid

Rufino Soriano Tena

Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Granada y Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Comillas (ICADE) de Madrid

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