El jueves 28 de noviembre de 2024 se presenta como un día de contrastes meteorológicos en España. Mientras el norte del país se prepara para recibir lluvias y chubascos, el sur disfrutará de un día soleado y con temperaturas agradables para la época. Esta división climática nos recuerda que, en cuestiones de tiempo, nuestro país es como una pareja mal avenida: cuando uno quiere sol, el otro pide agua.
En el norte peninsular, especialmente en Galicia, Asturias y Cantabria, los paraguas serán los protagonistas del día. Se esperan precipitaciones que podrían ser localmente fuertes en algunas zonas costeras. Los gallegos, acostumbrados a este panorama, bromean diciendo que si no llueve al menos una vez al día, sospechan que se han mudado sin darse cuenta.
Mientras tanto, en el centro de la península, Madrid se prepara para un día de transición. Con una temperatura máxima prevista de 16°C, los madrileños podrán disfrutar de un día agradable, perfecto para tomar un café en una terraza sin temer ni al frío ni al calor excesivo. Eso sí, no olviden llevar una chaqueta ligera por si las moscas, o mejor dicho, por si las nubes deciden hacer una aparición estelar.
En el sur, Andalucía se lleva la palma del buen tiempo. Sevilla y Málaga rozarán los 20°C, convirtiendo estas ciudades en el destino perfecto para aquellos que quieran escapar del frío del norte. Los andaluces, con su habitual gracia, comentan que en noviembre ya empiezan a sacar los abrigos de piel… de melocotón.
La zona mediterránea no se queda atrás en cuanto a temperaturas agradables. Barcelona y Valencia disfrutarán de máximas en torno a los 18°C, con cielos despejados que invitarán a pasear por sus playas. Aunque, eso sí, mejor dejar el bañador en casa a menos que seas de los que disfrutan de un baño polar en pleno otoño.
En cuanto a las islas, Baleares y Canarias vivirán realidades muy diferentes. Mientras en Mallorca y Menorca podrían producirse algunas lloviznas dispersas, en las Islas Afortunadas el sol brillará con fuerza, manteniendo las temperaturas en torno a los 23°C. Los canarios, como siempre, presumirán de su eterna primavera.
Pero no todo son buenas noticias. La AEMET advierte de la posibilidad de nieblas matinales en los valles del interior, especialmente en la meseta norte y en el valle del Ebro. Así que si eres de los que madrugan, no te sorprendas si al salir de casa te encuentras en medio de una escena digna de una película de terror de bajo presupuesto.
En cuanto al viento, será protagonista en el estrecho de Gibraltar y en el litoral de Almería, donde soplará con fuerza. Los almerienses bromean diciendo que es la forma que tiene la naturaleza de asegurarse de que sus famosos tomatitos lleguen fresquitos a los mercados del norte.
Las temperaturas nocturnas experimentarán un ligero descenso en gran parte del país. En ciudades como Burgos o Soria, el termómetro podría bajar hasta los 2°C, lo que hará que sus habitantes se planteen seriamente hibernar hasta la primavera.
Para los amantes de la nieve, malas noticias. Los sistemas montañosos principales, como los Pirineos o Sierra Nevada, aún no presentarán nevadas significativas. Los esquiadores tendrán que esperar un poco más para estrenar sus flamantes tablas nuevas.
En resumen, el 28 de noviembre nos trae un tiempo tan variado como el menú de un restaurante de fusión. Desde lluvias en el norte hasta sol radiante en el sur, pasando por temperaturas suaves en el centro y vientos caprichosos en el este. Es como si el clima de España hubiera decidido ofrecer un poco de todo, para que nadie se queje… o para que todos lo hagan, que también es muy de españoles.
Para terminar, un consejo para todos los españoles: estén donde estén, lleven siempre un paraguas, unas gafas de sol y una rebequita.
Porque en este país, uno nunca sabe si va a acabar el día con insolación, empapado o tiritando de frío. Y recuerden, como decía mi abuela: «En noviembre, el que no tenga capa que tiemble». Aunque viendo las temperaturas de este año, quizás deberíamos actualizar el refrán a: «En noviembre, el que no tenga aire acondicionado que sude».
Así que ya saben, queridos lectores, prepárense para un día meteorológicamente bipolar. Y si no les gusta el tiempo que hace en su ciudad, esperen cinco minutos… o múdense a la del lado. Total, en España, cruzar una frontera provincial a veces es como viajar a otro planeta climático.
