Curiosidades

Esta es la espectacular y defensiva evolución de las serpientes

Una serie inteligente de mecanismos de defensa

Esta es la espectacular y defensiva evolución de las serpientes
La evolución de las serpientes PD

En el reino animal, la supervivencia se reduce esencialmente a comer o ser comido.

La forma en que los organismos logran lo primero y evitan lo segundo revela una serie inteligente de mecanismos de defensa, ya sea que pueda escapar, un disfraz indetectable o desarrollar una resistencia que desafía a la muerte a los químicos defensivos que detienen el corazón de las presa y almacenarlo en el propio cuerpo para protegerse de los depredadores.

Las serpientes son criaturas fascinantes y misteriosas que han despertado curiosidad y asombro en todo el mundo. Aquí tienes algunas curiosidades interesantes sobre ellas:

1. No todas las serpientes son venenosas

Aunque muchas personas asocian serpientes con veneno, solo alrededor del 10% de las especies de serpientes son venenosas. La mayoría de las serpientes usan su fuerza muscular para capturar y matar a sus presas (como las constrictoras).

2. Algunas serpientes pueden volar (o casi)

Existen serpientes que pueden «volar», como las serpientes voladoras del género Chrysopelea. Estas serpientes saltan desde árboles altos y aplanan su cuerpo en el aire, usando movimientos ondulantes para deslizarse de un árbol a otro, cubriendo distancias sorprendentes.

3. Mudan de piel regularmente

Las serpientes mudan de piel varias veces al año. Este proceso, llamado ecdysis, les permite crecer y también ayuda a eliminar parásitos externos. Durante la muda, la serpiente se deshace de toda su piel, incluidas las cubiertas de sus ojos.

4. Tienen un sentido del olfato sorprendente

Las serpientes usan su lengua para «oler». Cuando sacan la lengua, capturan partículas del aire y las llevan a un órgano especial llamado órgano de Jacobson o órgano vomeronasal, que les ayuda a detectar presas o rastrear el entorno.

5. Pueden abrir sus mandíbulas de manera extrema

Las serpientes tienen mandíbulas muy flexibles, lo que les permite tragar presas mucho más grandes que su propia cabeza. Esto es posible gracias a la falta de una mandíbula inferior fusionada y a ligamentos elásticos entre las mandíbulas.

6. Algunas serpientes pueden ayunar durante meses

Las serpientes tienen una capacidad impresionante para sobrevivir sin comer durante largos períodos. Algunas especies, como las pitones, pueden pasar varios meses sin alimentarse, dependiendo de las reservas de grasa que tengan y de la cantidad de energía que usen.

7. Pueden nadar muy bien

A pesar de no tener extremidades, muchas serpientes son excelentes nadadoras. Algunas especies, como la serpiente marina, pasan la mayor parte de su vida en el agua, y sus cuerpos están especialmente adaptados para moverse con agilidad en ambientes acuáticos.

8. Las anacondas son las serpientes más pesadas

La anaconda verde (Eunectes murinus) es la serpiente más pesada del mundo, pudiendo alcanzar hasta 250 kg. Aunque las pitones reticuladas son más largas, las anacondas son más robustas y pueden llegar a medir hasta 9 metros de longitud.

9. Tienen visión térmica

Las serpientes de las familias de las víboras y las boas tienen fosas sensoriales en sus cabezas que les permiten detectar el calor emitido por sus presas. Esto les ayuda a cazar animales de sangre caliente, como roedores, incluso en completa oscuridad.

10. La serpiente más larga del mundo

La serpiente más larga registrada es la pitón reticulada (Malayopython reticulatus), que puede superar los 9 metros de longitud. Sin embargo, no es venenosa y mata a sus presas por constricción.

11. Las serpientes no tienen párpados

A diferencia de los humanos, las serpientes no tienen párpados. En su lugar, tienen una capa transparente de piel que cubre sus ojos, llamada «escama ocular» o brille. Esto significa que sus ojos siempre están «abiertos», incluso cuando duermen.

12. Las serpientes marinas son extremadamente venenosas

Las serpientes marinas, especialmente las del género Hydrophis, son algunas de las serpientes más venenosas del mundo. A pesar de su veneno potente, suelen ser tranquilas y rara vez atacan a los humanos. Su veneno es muchas veces más letal que el de las serpientes terrestres.

13. Las cobras pueden «escupir» veneno

Algunas especies de cobras, como la cobra escupidora, tienen la capacidad de lanzar veneno desde sus colmillos como un mecanismo de defensa. El veneno puede alcanzar varios metros de distancia y está dirigido hacia los ojos de su atacante, lo que puede causar ceguera temporal o permanente.

14. Las serpientes más pequeñas del mundo

La serpiente más pequeña conocida es la serpiente hilo de Barbados (Tetracheilostoma carlae), que solo mide unos 10 cm de largo. Vive en el suelo de los bosques de la isla de Barbados y se alimenta principalmente de termitas y larvas de insectos.

15. Los pitones incuban sus huevos

Aunque la mayoría de las serpientes no cuidan a sus crías, las pitones son una excepción. Las hembras envuelven sus cuerpos alrededor de sus huevos y los incuban, utilizando contracciones musculares para generar calor y mantener los huevos a una temperatura adecuada.

16. Serpientes con dos cabezas

La bicefalia es una rareza genética en la que una serpiente nace con dos cabezas. Aunque son muy raras, estas serpientes a veces pueden sobrevivir en cautiverio, aunque suelen tener dificultades para cazar y moverse debido a la competencia entre las dos cabezas.

17. El veneno de serpiente tiene usos médicos

El veneno de algunas serpientes contiene proteínas y enzimas que son utilizadas en la medicina para tratar problemas como coágulos sanguíneos, ataques cardíacos y presión arterial alta. También se usa en la investigación para desarrollar nuevos medicamentos.

LA DEFENSA DE LA SERPIENTE

En la mayoría de las especies de serpientes del género ‘Rhabdophis‘ suelen tener glándulas en su piel, a veces justo alrededor del cuello, donde almacenan bufadienolidos, una clase de esteroides letales que obtienen de los sapos, su presa tóxica preferida.

«Estas serpientes doblan el cuello en una postura defensiva que sorprende a los depredadores desafortunados con un bocado de toxinas –dice el herpetólogo de la Universidad Estatal de Utah, Alan Savitzky, quien ha estudiado durante mucho tiempo estos reptiles–. Los científicos alguna vez pensaron que estas serpientes producían sus propias toxinas, pero comprobaron que, en cambio, las obtienen de sus alimentos, es decir, sapos».

El equipo multinacional estuvo compuesto por investigadores de la USU; Universidad de Kyoto, Universidad de Ryukyus y Universidad de Nihon en Japón; la Academia China de Ciencias y la Universidad Normal de Leshan en China; la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología Pingtung en Taiwán; la Universidad de Sri Jayewardenepura en Sri Lanka; y la Academia de Ciencia y Tecnología de Vietnam.

En un giro sorprendente, Savitzky y sus colegas descubrieron que no todos los miembros del género derivan su toxina defensiva de la misma fuente. Según la comprobado, un grupo de especies de serpientes, encontradas en el oeste de China y Japón, cambió su dieta principal de ranas (incluidos sapos) a lombrices de tierra.

Las lombrices de tierra no producen las toxinas pero las serpientes también se alimentan de larvas de luciérnaga, que producen la misma clase de toxinas que los sapos.

«Este es el primer caso documentado de un depredador de vertebrados que cambia de una presa de vertebrados a una presa de invertebrados por la ventaja selectiva de obtener la misma clase química de toxina defensiva», dice Savitzky, profesor en el Departamento de Biología de la USU y el Centro de Ecología de la USU.

Dada la relación distante entre sapos y luciérnagas, dice, el cambio drástico en la dieta probablemente involucró una señal química compartida por los sapos y luciérnagas; quizás las toxinas mismas.

«Esto representa un notable ejemplo evolutivo de adaptación para compensar la ausencia de compuestos defensivos después de un cambio a una nueva clase de presas».

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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