Los porros no son un juego

(PD / EP).- El cannabis, la droga ilegal más utilizada, es más peligrosa de lo que sus consumidores creen. Los ‘porros’ producen afectaciones orgánicas, incrementan los riesgos de padecer cáncer broncopulmonar y de boca, y respecto al sistema nervioso produce euforia, hiperestesia sensorial, dificultades en la concentración, despersonalización y deterioro de la memoria.

Estas son algunas de las conclusiones del estudio publicado en la reciente Monografía sobre Patología Orgánica, coordinado por el doctor César Pereiro Gómez, y presentada en las XXV Jornadas Nacionales de Socidrogalcohol, que se celebran en Valencia hasta hoy.

Asimismo, este estudio revela que produce alteración en la percepción de la velocidad y precisión, lo que tiene importantes repercusiones en la conducción y manejo de maquinaria.

Además, se recuerda que la OMS considera que el consumo crónico de cannabis altera la capacidad de organización e integración de información compleja, implicando a la atención, memoria aprendizaje verbal, ordenamiento de secuencias, atención y discriminación auditiva, así como filtración de información irrelevante.

Respecto al sistema digestivo, un estudio con usuarios de marihuana como droga única observó alteraciones hepáticas el 57,7% casos, mientras que a nivel bucal se ha informado del hallazgo de gran número de células escamosas atípicas y degeneradas en la mucosa oral en fumadores de cannabis frente a fumadores de tabaco.

Por ello, el fumador de cannabis tiene peor salud bucal, mayor riesgo de caries y enfermedad periodontal, más cambios displásicos y lesiones premalignas en mucosas oral y una mayor susceptibilidad a infecciones orales.

En relación al sistema reproductor se sabe que el efecto agudo de los cannabinoides inhibe la producción de gonadotropinas y prolactina y el consumo materno o paterno podría ser una factor de riesgo en el síndrome de muerte súbita del lactante.

Por su parte, la ponencia de Magí Farré y Sergio Abanades, de la Universidad Farmacología del IMIM-Hospital del Mar, de la Universidad Autónoma de Barcelona, sobre «Aspectos cognitivos del consumo de Cannabis», concluye que los efectos que provoca el consumo agudo sobre la alternación de la capacidad cognitiva y rendimiento psicomotor son reversibles.

En cuanto a los efectos crónicos de alteraciones cognitivas en pruebas de memoria, atención, juicio temporal y funcionalidad ejecutiva persisten hasta varios días o semanas después del cese del consumo de altas dosis.

Así, se señala que se ha relacionado la intensidad y duración de la alteración cognitiva con el número semanal de porros consumidos, aunque existe una controversia acerca de si estas alteraciones presentes en los consumidores habituales son reversibles, persisten largo tiempo o son de carácter permanentes.

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