Cuando llega el verano, es tiempo ir a la playa, a la piscina y a los ríos a tomar el sol y ponernos morenos. Aunque el bronceado es atractivo, tomar el sol sin proteger la piel puede traer consecuencias nefastas para la salud y para la estética en el largo plazo.
Hoy veremos la importancia de proteger tu piel del sol, además de contarte cómo debes hacerlo correctamente y qué productos debes utilizar.
¿Por qué hay que protegerse del sol?
Una exposición moderada al sol es positiva e incluso necesaria. Si se hace con protección, radiaciones bajas y durante poco tiempo, tiene beneficios como estimulación de la síntesis de vitamina D, reducción de la tensión arterial, mejora de la circulación, mejor estado de ánimo y alivio de síntomas del acné y otras enfermedades cutáneas.
Sin embargo, una exposición prolongada al sol tiene efectos negativos. En el mejor de los casos, puede producir irritación en la piel, efecto de envejecimiento prematuro, daño en el maquillaje, más arrugas y líneas de expresión, manchas solares e hiperpigmentación. En casos más graves, causa quemaduras e incluso es una causa de aparición de melanoma, el cáncer de piel más agresivo.
Eso se produce por los rayos ultravioleta, los cuales aparecen en forma de rayos UVA y UVB. Es más, esta radiación UV es mala incluso en invierno, especialmente cuando nieva por los reflejos. Por ello, deberías protegerte del sol siempre, incluso en los meses más fríos.
Trucos para proteger tu piel
Si quieres tomar el sol con seguridad y preparar tu piel para el verano, deberías protegerla correctamente. Al inicio del verano, deja que tu piel se exponga de forma gradual, haciéndolo de forma progresiva y suave. Por ejemplo, evita la exposición entre las 12 y las 16 horas, ya que son las horas que más radiación UV tienen.
Usa protector solar
Antes de tomar el sol, utiliza productos de protección solar. Estos productos ayudan a proteger la piel de forma natural. Su eficacia depende del FPS o factor de protección solar, el cual determina el tiempo que durarán sus efectos de protección. A más elevado sea el número, más te protegerán, así que los de mayor calidad suelen tener un factor 50 o incluso superior.
Lo mejor de todo es que te permiten protegerte sin renunciar al bronceado veraniego ni a los beneficios de tomar el sol. Además, los de mayor calidad no obstruyen los poros, pudiendo usarse incluso debajo del maquillaje.
Para protegerte, utiliza crema solar y rocíala de forma uniforme por todo cuerpo, haciéndolo media hora antes de tomar el sol. Asegúrate de añadir una buena cantidad de las zonas más sensibles de tu cuerpo, como la cara, los hombros, el cuello, las orejas, las manos, los labios y el pecho. Usa la crema incluso en días nublados, ya que las nubes solamente bloquean el 10% de las radiaciones.
Tampoco dejes de usarla si tienes un tono de piel oscuro. Si bien es cierto que los tipos de piel claro son los más fotosensibles, los más oscuros no están totalmente exentos. Tampoco importa aquí la edad y el género, dañando de la misma forma a hombres, mujeres, niños y mayores. Por ello, todos deberían protegerse para evitar males mayores.
Protege tu piel con otros productos
Eso sí, no solamente deberías usar crema solar para proteger tu piel. También existen otros productos, los cuales te ayudarán a mantener la piel fresca e hidratada. Estos productos también ayudan a revertir los efectos de la excesiva exposición al sol, reparando las grietas de la piel, recuperando la elasticidad perdida y evitando el dolor y la irritación.
Si lo combinas con beber agua de forma frecuente, sin esperar a tener sed, además del uso de la ropa adecuada, conseguirás una piel radiante y podrás tomar el sol sin tanta preocupación.
