El rol clave de las cuidadoras internas 24 horas en la atención de ancianos con enfermedades crónicas

Vejez
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Con la vejez, son muchas las personas que necesitan cuidados y supervisión. Las condiciones físicas ya no son las mismas y, ya sea porque los hijos no pueden o no se tenga hijos, vivir solo puede suponer un riesgo en su calidad de vida. Además, muchas veces, no se puede optar por los servicios de una residencia e incluso hay quienes prefieren que los mayores sean atendidos en su propia casa, su entorno seguro. Para estos casos existe la figura de las Cuidadoras internas, quienes pueden proporcionarles los cuidados y la atención que necesitan.

¿Cuáles son las ventajas de contratar a una cuidadora interna?

Una cuidadora interna se encargará de velar y cuidar por el bienestar de nuestros seres queridos las 24 horas del día. Además, para aquellos casos que no requieran de estos servicios durante todos los días, también existen opciones como la de los fines de semana, por lo que son flexibles en cuanto a horarios y se adaptan a las necesidades de cada familia y, en concreto, de cada persona que las requiera.
Gracias a su presencia, la calidad de vida de las personas mayores mejora, pero también la de sus familias, pues pueden confiar en que su familiar estará bien atendido mientras ellos tienen que encargarse del trabajo y sus asuntos personales. De hecho, al ser cuidadoras internas, nuestros seres queridos se sienten acompañados en su propia casa, donde siempre han vivido y donde se sienten seguros, por lo que el cambio no es tan dramático como cuando se opta por una residencia. Así, también se consigue que, además de que no se sientan solos, no se aislen y puedan gozar de cierto nivel de independencia y autonomía, ya que las cuidadoras internas se dedican a asistirlos, pero no deciden por ellos.

De esta manera, se logra un envejecimiento positivo, pues nuestros mayores se mantienen activos, lo que fomenta una mejor calidad de vida. Las cuidadoras internas están preparadas para adaptarse a las diferentes etapas que se viven durante la vejez, por lo que comprenden las diferentes situaciones que pueden darse y saben de qué manera actuar, como por ejemplo, cuando avisar al médico, etcétera. A ello hay que añadirle que no solo se encargan de acompañar a nuestros seres queridos, sino también a apoyarlos en su vida cotidiana y en las tareas del hogar, fomentando una convivencia enriquecedora para ambas partes.

En definitiva, contar con los servicios de una cuidadora interna puede suponer un cambio radical a mejor en la calidad de vida de la persona mayor y su familia. Gracias a que prestan atención de manera individualizada y están preparadas para adaptarse a las necesidades de esta etapa de la vida, los familiares se sentirán más tranquilos, sabiendo que su ser querido está atendido y cuidado las 24 horas del día. Por último, su flexibilidad, así como el trato personal y que los cuidados se desarrollen en el hogar, fomentan su bienestar. De este modo se consigue un envejecimiento más activo, combatiendo, sobre todo, la soledad.

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Autor

Manuel Trujillo

Periodista apasionado por todo lo que le rodea es, informativamente, un todoterreno

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