El misterio de la esquizofrenia podría estar más cerca de ser resuelto. Un estudio publicado en la revista Nature Medicine ha hallado por primera vez que una placenta deficiente puede afectar el desarrollo del cerebro, haciendo que la afección sea más probable, especialmente si la madre experimenta complicaciones durante el embarazo o el parto, según Victor Román, N+1.
La esquizofrenia es un trastorno psiquiátrico que involucra alucinaciones y delirios, y generalmente comienza cuando las personas está en la adolescencia o entrando a la juventud. Hasta ahora la causa es desconocida, y los factores ambientales, como los problemas durante el embarazo y el trauma en la infancia, parecen jugar un papel.
Sin embargo, la genética también parece influir en la enfermedad, y varios cientos de genes han sido implicados. En 2014, un estudio histórico identificó 108 regiones en nuestro ADN que pueden elevar ligeramente la probabilidad de una persona de desarrollar la enfermedad. Como era de esperar, muchas de estas regiones contienen genes que están activos en el cerebro, pero otros no.
Daniel Weinberger del Instituto Lieber para el Desarrollo del Cerebro en Maryland y su equipo se preguntaron si la genética podría explicar por qué solo algunas personas cuyas madres tienen complicaciones durante el embarazo desarrollan esquizofrenia. Para investigar, se enfocaron en un grupo de complicaciones que se han relacionado con la enfermedad, como infecciones durante el embarazo, preeclampsia, restricción del crecimiento fetal y varios problemas específicos durante el parto. En conjunto, estos factores afectan hasta una quinta parte de los embarazos, pero solo el 1% de las personas llegan a padecer esquizofrenia.
El equipo analizó datos de casi 2900 personas, algunas de las cuales tenían esquizofrenia, y algunas eran similares a estas personas de otras maneras pero no tenían el trastorno. El análisis reveló que las 108 regiones genéticas parecían estar asociadas a si las personas que habían experimentado complicaciones en el útero y en el parto desarrollaron la enfermedad.
Cuando el equipo analizó estas regiones genéticas, descubrieron que aproximadamente la mitad de ellas parecen estar involucradas en la función de la placenta, y contienen genes que son particularmente activos durante la preeclampsia y la restricción del crecimiento fetal. «La placenta es el eslabón perdido entre el riesgo materno y el desarrollo del cerebro del feto», dice Weinberger. «Se ha estado ocultando a plena vista durante mucho tiempo».
Los hallazgos son «inesperados pero muy plausibles», dice Elizabeth Tunbridge de la Universidad de Oxford, que no participó en el estudio. «Si tienes una placenta menos eficiente, es posible que no tomes los nutrientes o el oxígeno que necesitas», añade. Esta restricción de nutrientes y oxígeno puede afectar el desarrollo del cerebro del bebe de una manera que luego predispone a la esquizofrenia en una etapa posterior de la vida, especialmente si las complicaciones durante el embarazo o el parto agravan el problema.
El equipo de Weinberger ahora está investigando a cada uno de los genes específicos cultivando placentas en miniatura en el laboratorio. Estos tienen solo unos cientos de micrómetros de diámetro y se generan a partir de células de la piel donadas por personas con esquizofrenia.
Los científicos creen que si pueden descubrir en qué manera las placentas vinculadas a la esquizofrenia se comportan de manera diferente a otras placentas durante las complicaciones, podría conducir a tratamientos para mitigar cualquier efecto que esto pueda tener en el cerebro de un feto. «Tal vez haya una forma de mejorar la salud de la placenta en tiempos de complicaciones», dice Weinberger.
Este es el segundo estudio publicado en lo que va del año que analiza las consecuencias de las complicaciones durante en el embarazo. Una investigación anterior encontró que las infecciones afectan el desarrollo cognitivo del bebe.