Suicidarse no es de cobardes ni de valientes. Es de enfermos.
3.500 personas se quitan la vida al año en nuestro país. Es una cifra más trágica que las que recibimos de la carretera. Sin embargo, tabúes morales y religiosos silencias a medios de comunicación y Gobiernos. Este es otro drama porque los psiquiatras advierten que el silencio hace pensar a los suicidas que son marginados cuando son enfermos.
Los Bosques de Upsala (ed. Alfaguara) no es una historia sobre el suicidio, es una novela sobre las personas que viven con alguien que sufre tendencias suicidas. Un trabajo entre el documental y el thriller del periodista Álvaro Colomer.
Con la literatura de Colomer se responde a ese silencio a ese tabú que existe en la sociedad actual (provocado en gran medida por la moral católica). En su libro nos cuenta el proceso por el que pasa un hombre cuya mujer amenaza con suicidarse.
El apoyo de los médicos, sus consejos y el análisis que de la enfermedad ofrecen al protagonista ayuda a arrojar luz sobre una de las realidades sociales que más rechazo nos producen.
«El problema del suicidio es el silencio de los medios de comunicación y de los Gobiernos. Es un hecho que hay más suicidios que muertes por accidentes de tráficos. Y ese silencio es causa, entre otras cosas, de que la gente no sepa que el suicidio es una enfermedad y tiene cura».
Al año en España 100.000 personas sufren tendencias suicidas. De todos ellos 3.500 se quitan la vida. Hay dos lecturas. El 90% se curan pero el problema es más grave que los accidentes en carretera.
Los psiquiatras saben que lo único que incita al suicido es, precisamente, no hablar de ello.
«Suicidarse no es de cobardes ni de valientes. Es de enfermos. Y como enfermedad controlada por la ciencia, tiene cura.»
