Conducta humana

La 7 señales clave de que no estás preparado para ser amigo de tu ex

Tratar de ser amigos antes de tiempo puede haceros más mal que bien

La 7 señales clave de que no estás preparado para ser amigo de tu ex
Pareja RS

Las rupturas siempre son dolorosas, y deben seguir unos estadíos muy claros para poder superar la pérdida con naturalidad y de forma sana y así continuar con nuestras vidas. (Cachondeo generalizado a cuenta de la ‘ruptura amorosa’ entre Tania Sánchez y Pablo Iglesias).

Si aún tienes dudas sobre si ya es hora de mantener una amistad con tu ex, estas son las señales a las que debes prestar atención, según los terapeutas:

1. Sigues dolido/a o enfadado/a. Todavía estás lidiando con sentimientos sin resolver

Superar una ruptura no es algo que se logre en un día. Tienes que darte tiempo y espacio para lamentarte por el final de la relación. Eso implica permitirte sentir emociones (tristeza, frustración, rechazo, rencor o una combinación) en vez de reprimirlas. Si no has superado esos sentimientos, probablemente aún no estés en condiciones de mantener una amistad con tu ex. (Chelo García Cortés, rota ante la llamada de su mujer en directo: «¡No podría vivir sin ti!»).

«Es perfectamente normal que después de una ruptura persistan los sentimientos de dolor, enfado u otras emociones complicadas», asegura la psicoterapeuta Kathleen Dahlen deVos. «No obstante, no conviene solucionar esos sentimientos con tu ex, ya que esa versión de la relación ya se ha terminado».

Mejor concentra tus esfuerzos en procesar cualquier sentimiento que tengas sin resolver.

«Trata de buscar el apoyo de un terapeuta o un amigo de confianza que sea imparcial. O prueba a establecer costumbres personales, como escribir un diario, para ayudar a liberar y clarificar tus pensamientos y sentimientos», recomienda deVos.

2. No puedes hablar de tu ex sin enfadarte

Si te resulta complicado hablar de tu ex sin faltar al respeto, echarte a llorar o venirte abajo, tómatelo como una señal de que todavía no podéis ser amigos.

«Es posible que estés evitando afrontar tus sentimientos o que sigas obsesionado con tu ex», opina la psicoterapeuta Tina Tessina. «Cuando ya has terminado de lamentarte, tienes que ser capaz de hablar de la relación con normalidad, sin malestar. Conviene que te des cuenta de qué has aprendido de esa experiencia y qué es lo que no funcionó antes de que podáis ser amigos».

3. La idea de que tu ex salga con otra persona te pone de bajón

Es normal que los amigos hablen entre sí sobre lo que pasa en sus vidas, y eso incluye la vida amorosa, según recoge Kelsey Borresen en HuffPost.

Si el hecho de pensar en tu ex con otra persona te revuelve las tripas, es un problema que puede entrometerse en una verdadera amistad.

«Los amigos hablan sobre las personas con las que se están viendo. Si eso te resulta doloroso, es demasiado pronto para que seáis amigos», explica Tessina.

Una buena prueba es imaginarte que vas a tomarte un café con tu ex y ves una notificación en su móvil que le avisa de que tiene un nuevo match en una aplicación para ligar. Piensa qué sentirías: ¿Indiferencia? ¿Desánimo? ¿Rabia?

«Dado que una amistad implica apoyaros el uno al otro en los vaivenes de la vida, si todavía no eres capaz de aceptar que parte de las novedades de la vida de tu ex girarán en torno a otras personas, tal vez sea mejor esperar antes de tomaros ese café», indica deVos.

4. Fantaseas con volver a estar juntos

Pregúntate de forma honesta por qué quieres ser amigo de tu ex. ¿Esperas en el fondo que os reconciliéis? Si es el caso, quizás la amistad no sea buena idea, al menos por ahora, ya que te arriesgas a perder los progresos que has hecho para pasar página.

«Es casi imposible mantener una amistad sana si hay más motivos detrás y te pones en riesgo de sufrir más dolor emocional», sostiene la terapeuta Anna Poss. «Tómate un tiempo para pensar en lo que echas de menos de la relación y encontrar modos de dártelo tú».

Empezar la amistad con la expectativa de que con el tiempo resurja el amor no es un enfoque sano para ti ni para tu ex, advierte deVos.

«Piensas: ‘Si volvemos a pasar tiempo juntos, se arrepentirá de haber cortado’ o ‘Tal vez logremos recuperar la mecha que perdimos», ilustra deVos. «El problema con las expectativas es que terminan siendo un planteamiento doloroso para ambas partes. Tendemos una trampa a nuestros ex para acabar decepcionándonos a nosotros mismos, y nosotros mismos caemos en la trampa de enfadarnos, sentirnos dolidos o decepcionados si no se cumplen nuestras expectativas».

5. Te sientes solo/a

Cuando termina una relación, probablemente te encuentres con más tiempo entre manos, sobre todo si tu ex y tú vivíais juntos o si tu vida social dependía mucho de los amigos y familiares de esa persona. Cuando echas de menos esa compañía, es tentador rellenar el vacío contactando con tu pareja bajo la excusa de la «amistad».

«Quizás sea tentador volver a caer en las rutinas familiares y convencerte de que sois ‘solo amigos’. Aunque esto puede darte cierto confort a corto plazo, también os puede llevar a una relación intermitente, que tiende a caracterizarse por los problemas de comunicación, la incertidumbre y una menor satisfacción a largo plazo», expone la psicóloga clínica Zainab Delawalla.

En vez de eso, retoma una afición antigua, haz planes con tus seres queridos o haz un voluntariado en alguna organización que te interese para integrarte.

6. Indagas sobre tu ex en las redes sociales o a través de amigos en común

Comprobar de manera obsesiva las redes sociales de tu ex para ver dónde está y con quién es un claro indicador de que todavía no es hora de ser amigos.

«Si estás indagando sobre tu ex a partir de otras fuentes en vez de preguntarle directamente (¿Se está viendo con alguien? ¿Con quiénes ha estado saliendo?), es una señal de que todavía tienes sentimientos por resolver, o quizás aún no aceptas o no te parece bien que tu ex siga adelante con su vida», cuenta deVos.

7. Esperas que tu ex se convierta en la persona que deseabas que fuera cuando estabais juntos

Si solo mantienes la amistad con tu ex para vigilar con la esperanza de que mágicamente se convierta en la pareja de tus sueños, ni te molestes. Quedarte esperando a que cambie su forma de ser no es un modo sano ni productivo de aprovechar el tiempo.

«Si la ruptura se debió a diferencias de personalidad o a patrones de comportamiento que te resultaban problemáticos, como por ejemplo la infidelidad o la adicción al alcohol, es improbable que cambie», asegura Delawalla.

Además, obsesionarte con tu ex quizás te esté impidiendo conocer a otra persona.

Tal y como apunta Delawalla, «mantener la esperanza de que algún día volváis a estar juntos si mantenéis la amistad y seguís en vuestras respectivas vidas os robará la oportunidad de encontrar a la pareja que de verdad queréis».

 

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