El boldo (Peumus boldus) es la única especie del género monotípico Peumus, de la familia de las monimiáceas. Este árbol es endémico de Sudamérica, específicamente el centro de Chile, Argentina y las regiones sur andinas de Perú. Sus hojas, de fuerte aroma, se utilizan con propósitos culinarios y medicinales, sobre todo en América Latina.
Se han encontrado restos de hojas de boldo usadas por los seres humanos hace unos 14 500 años en el sitio arqueológico de Monte Verde, lugar que se encuentra algo más al sur de su área de distribución actual y se cree que en esa época, el final de la última glaciación, su límite sur se encontraba todavía más alejado, por lo que las hojas habrían llegado al lugar a través de intercambio con otros grupos, según wp.
Por su uso comercial, (extracción de la boldina), el cultivo del boldo se ha introducido a Europa y África del norte.
Sus propiedades diuréticas y depurativas permiten eliminar los líquidos acumulados en el organismo y las toxinas de la sangre, por ello suelen tomarlo pacientes con infecciones urinarias, nefritis y cistitis, según wc.
También es adecuado para tratar el insomnio gracias a sus propiedades sedantes y su capacidad para actuar sobre el sistema nervioso, y la presencia del cineol en su composición permite que se aplique por vía externa para descongestionar el pecho y para aliviar las dolencias reumáticas.
La forma más frecuente de tomar esta planta es en infusión. Para preparar el té de boldo basta con utilizar un par de cucharadas de sus hojas secas que se infusionarán en agua. Para prepararlo se pondrá una olla en el fuego con un litro de agua en su interior. Justo antes de que ese agua empiece a hervir, pondremos las hojas secas de boldo y, a continuación, dejaremos hervir durante unos tres minutos.