Aquel vergonzoso en palacio hoy día

Aquel vergonzoso en palacio hoy día

Tras una adaptación profunda y atrevida, esta comedia palatina de hace cuatro siglos, de complicado enredo y escrita en verso, se convierte en un espectáculo ameno e interesante gracias a una puesta en escena fantasiosa y un reparto certero. Gran comienzo de temporada de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Son los tiempos de Felipe III el Piadoso, rey de España y Portugal, el momento quizás de mayor explendor del imperio español. La escena trascurre en Portugal entre la alta aristocracia, los duques de Coimbra y de Aveiro, los condes de Estremoz y de Penela. Como comentaba Juan Gil a la edición de Blanca Oteiza en 2012, la trama semihistórica, construida sobre una buscada simetría de parejas antitéticas, abunda en lances inverosímiles, falsas identidades, amores a primera vista, mujeres disfrazadas de hombres, suplantaciones de personalidad, reconocimientos pasmosos: el protagonista pasa, de pastor, a ser miembro de la familia real. Pero en estas peripecias, muy habilidosamente hilvanadas, los hombres, grandes figurones, son simples marionetas en manos de las mujeres. Todas ellas, nobles y villanas, imponen su ley. Las aristócratas, imperiosas, incluso atropellan su estado y su honra con tal de casarse con quien ellas quieren. Y, a la postre, el triunfo es suyo, pues, siguiendo la norma de aquellos tiempos, un final feliz corona los antojos de unas hembras tan ardientes como decididas’.

Reina en toda la obra una vital alegría, que se corresponde quizá con el optimismo general tras la paz con Inglaterra (1604) y las treguas con Holanda (1609). El amor vence con el mayor descaro, contraviniendo las reglas de la moralidad oficial. Moraleja: palacio y vergüenza son términos que se repugnan el uno al otro, de modo que, para medrar en la corte y en el amor, nada mejor que desvergonzarse.

El fraile Gabriel Téllez aliasTirso de Molina, entre Lope y Calderón es la tercera cumbre del teatro del Siglo de Oro. Aunque su gran contribución fue El burlador de Sevilla y convidado de piedra, sus comedias son magníficas y ésta está entre las destacadas. La versión que nos brinda Yolanda Pallín es muy buena y muy discutible. Muy buena porque todas las modificaciones encajan sin un chirrido. Muy discutible porque los cambios no son retoques sino intervenciones que alteran lo que dijo y quiso decir el autor, para hacerlo más accesible y más políticamente correcto. Pallín explica que ha pretendido revigorizar un material que a veces no es del todo comprensible mediante el traducir términos en desuso, reescribir pasajes o corregir sintaxis confusas, aligerando también algunos pasajes. Y sobre todo reconoce que ‘he llevado a cabo algunas modificaciones muy significativas sobre el texto original’. Veamos:

Nada más comenzar la función, se introduce una reprobación del Duque de Avero al Conde de Estremoz por haber supuestamente abusado de la hermana de su secretario, y se cambia la actitud del resto de los personajes ante semejante atropello. Más adelante Ruy Lorenzo contradice a su criado Vasco con unos endecasílabos que tampoco son de Tirso sino de Pallín. Se han reducido las intervenciones cómicas y escatológicas de los personajes del vulgo, se ha reescrito el personaje de Melisa, que ya no lloriquea sino que reivindica su libertad para amar, -a más de uno si se tercia-, y medrar en la vida. Y sobre todo hay cambios sustanciales en el personaje de Serafina, hija del Duque de Avero, para darla alas y propiciar el motivo recurrente del engañador engañado, y se ha potenciado el de Juana como intermediaria entre su primo y aquella, quizás el menos logrado de todos los arreglos. ‘Esta vuelta de tuerca, creemos, hubiera satisfecho a un Tirso contemporáneo y está en consonancia con la comedia de enredo aurea. Con todas estas modificaciones, que declaramos nuestras, pretendemos honrar al gran Tirso de Molina y mostrar respeto a nuestras espectadoras y espectadores, mujeres y hombres contemporáneos’.

Natalia Menéndez ha puesto partes iguales de imaginación y oficio en el montaje, con detalles muy exóticos como el paisaje tropical y la banda de pajarracos que mueve la tramoya. Todo el equipo artístico aparece conjuntado e inspirado bajo su batuta, con una escenografía de Alfonso Barajas de dos módulos combinables y movibles, -mitad paraje, mitad aposento-, en medio de un escenario cuyas tres paredes son espejos (que no ajustan lo debidamente bien y que resultan un tanto redundantes en los laterales), en los que la iluminación de Juan Gómez Cornejo a veces deslumbra y el vestuario de Almudena Rodríguez Huertas colabora a ese toque cómico y festivo que domina la pieza y en el que juegan gran papel la coreografía de Mey-Ling Bisogno y el espacio sonoro de Mariano García, con merecida mención aparte de graznidos, resoplidos y relinchos sorpresivos que encantaron al público que los imitaba a la salida. Vicente Fuentes dio el tono justo al verso en una velada en la que los actores recurrieron continuamente a los énfasis, soniquetes y tonillos para subrayar lo inconcebible de la trama en nuestro tiempo.

Sobresaliente general al reparto por calidad y también por cantidad, asunto a tener en cuenta en pleno auge de producciones ahorrativas. Sin duda José Luis Alcobendas ejerce liderazgo, pero la Doña Madalena de Anna Moliner resultó todo un descubrimiento junto a los ya consagrados en la CNTC Pablo Béjar de vergonzoso entrañable y Lara Grube de refinada Serafina. Un reloj armonioso y disparatado, casi dos horas de placer literario disfrutando de un soberbio texto versificado, salpimentado de musiquillas y bailongos, en una trama sin desmayo con un punto final bien puesto. No falta nada para una propuesta feliz y solo sobra esa salida tan pausada y tan ridícula a que se obliga a los espectadores, algo que alguien ha impuesto en los teatros madrileños como ceremonia antipandémica.

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 8
Texto: 9
Versión: 7
Dramaturgia: 8
Dirección: 8
Interpretación: 8
Escenografía: 7
Producción: 9
Programa de mano: n/v
Documentación a los medios: 8

Teatro de la Comedia
(C/Príncipe, 14)
Del 29 de septiembre al 1 de noviembre
EL VERGONZOSO EN PALACIO
de Tirso de Molina

Reparto:

Don Duarte Bernabé Fernández
Duque de Avero José Luis Alcobendas
Figueredo/Pintor Raúl Sanz
Tarso César Camino
Melisa Nieves Soria
Mireno Pablo Béjar
Vasco/Lariso Alejandro Saá
Ruy Lorenzo Carlos Lorenzo
Denio/Pregonero Fermí Herrero
Doña Juana María Besant
Don Antonio Javier Carramiñana
Doña Madalena Anna Moliner
Doña Serafina Lara Grube
Lauro Juanma Lara

Equipo artístico:

Dirección Natalia Menéndez
Versión Yolanda Pallín
Vestuario Almudena Rodríguez Huertas
Escenografía Alfonso Barajas
Iluminación Juan Gómez Cornejo
Espacio Sonoro Mariano García
Coreografía Mey-Ling Bisogno
Video Creación Álvaro Luna
Asesor de Verso Vicente Fuentes
Lucha escénica José Luis Massó

Horarios de funciones:
Lunes, descanso
Martes a domingos 20:00 h
Precio: 6 a 25 €
Descuentos:
Abono Clásico 50%
Jueves, día del espectador 50%
Mayores de 65 años 50%
Jóvenes menores de 30 años 50%
Familia numerosa 50%
Personas con discapacidad igual o superior al 33% – 50%
Situación de desempleo 50%
Venta de entradas:
Taquillas: Taquillas de teatros del INAEM (Auditorio Nacional de Música, Teatro María Guerrero, Teatro Valle-Inclán y Teatro de la Zarzuela) en sus horarios habituales de venta anticipada (consultar cartelera o web de los teatros). Telefónica: 902224949.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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