En la tierra viva y siempre noble de Galdós

En la tierra viva y siempre noble de Galdós

Una dramatización biográfica a sumar a las conmemoraciones del centenario de la muerte del gran cronista del siglo XIX español, el autor de los Episodios Nacionales. Una propuesta cogida con pespuntes superficiales, puesta en escena de manera elemental e interpretada regularmente. ‘Bien está que fuera tu tierra, Galdós’ nada nuevo aporta y lo que recuerda son los tópicos más manidos y deformados que ocultan al don Benito real y vivo. Un intento lamentablemente fallido.

‘Bien está que fuera tu tierra’ es el primer verso de la segunda parte del ‘Díptico español’ del poeta Luis Cernuda y al copiarlo como título de esta pieza, la autora ya se nos da una pista del tono gratuitamente victimista que va equivocadamente a adoptar, pues Galdós nada tiene que ver con Cernuda, como nada tiene que ver su ponderación de juicio con la amargura vital del que fuera definido así: ‘Vivió en una arisca soledad, cercada de rencor por todas partes: legítima defensa de un ser vulnerable en extremo, de un caído en el infierno que acepta el mal y, al expresarlo, lo conjura’. Cernuda deforma a Galdós y a la España que está más cerca del final del poema -‘esta España viva y siempre noble/Que Galdós en sus libros ha creado’- que de su principio.

Alma García concibe la pieza como un ficticio proyecto de indagación en el que los cinco actores del espectáculo se verán reconvertidos en investigadores literarios que quieren responder a la pregunta ¿Cómo repensar a Galdós desde el siglo XXI? La respuesta les llega con el descubrimiento en los archivos de la Biblioteca Nacional de una supuesta autobiografía que Galdós habría escrito en sus últimos días y que permanecía desconocida entre legajos nunca hollados. Son treinta folios que les dan de sí para ir representando momentos estelares de su vida, desde sus amores juveniles por su prima Sisita a su primer fallido intento de ser admitido en la Real Academia Española, desde su relación con la novelista Emilia Pardo Bazán a su trato con Valle Inclán, pasando por la entrevista que hizo en el exilio a la ex reina Isabel II y otros momentos ligados a sus apuros económicos y su agonía final.

El recurso de acercarse a un personaje representando la indagación en su recuerdo es muy habitual y todo depende del arte y el oficio con que se ejerza. Llevar la vida de Benito Pérez Galdós a las tablas era un desafío excesivo -la media docena existente de biografías solo han conseguido quedarse en las apariencias- y el proyecto naufraga desde su inicio: frustra a los admiradores del gran escritor y confunde a aquellos a los que solo les suena el nombre. Para colmo de males la puesta en escena es tan mala que abochorna fuera del salón de actos de un instituto de secundaria, con unas alfombras por el suelo, ausencia absoluta de escenografía y recursos audiovisuales, vestuario disparatado y una dirección actoral que parece improvisada. El reparto se mueve en escena como dios les da a entender, el mismo que guía sus escarceos por los distintos personajes a los que se quiere dar un papel y entre los que Pardo Bazán y García Lorca tienen incursiones incomprensibles y disparatadas.

‘En España tenemos cierta propensión a la amnesia, a olvidarnos de nuestras glorias, y necesitamos obras que nos recuerden quienes somos y quienes han hecho que seamos así… tras un fecundo año de conferencias, charlas y diferentes adaptaciones de su obra literaria, la dramaturgia que hemos planteado quiere funcionar, en cierto modo, como aire fresco (tanto conceptualmente como por los textos escogidos) que arroje nueva luz sobre Galdós y la sociedad de su tiempo’. Pero Galdós siempre ha sido reconocido y más que aire fresco necesita acercamiento acercamiento riguroso, disipación de leyendas urbanas y lugares comunes amontonados a su alrededor, nada que ver con la mayor parte de la jarana superficial de su centenario.

El reparto no ofrece consistencia. Macarena Sanz y Antonio Fernández muestran más soltura pero en general todos ellos no tienen aún empaque para andar transitando port distintos personajes con la ayuda de unos bigotones postizos. El tono general no está cuidado, adolece de griterío y entre los cinco lamentablemente no consiguen en ningún momento romper distancias.

La compañía Venezia Teatro montó en el verano de 2016 Los Desvaríos del veraneo de Carlo Goldoni (ver nuestra reseña): ‘discreto teatro de consumo’ nos pareció entonces. Dicen que con esta pieza abren una segunda etapa organizativa y quizás eso pueda traducirse en subir el nivel artístico de sus producciones.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 6
Texto, 5
Dirección, 5
Puesta en escena, 4
Interpretación, 6
Producción, 4

Teatro Fernán Gómez
Centro Cultural de la Villa
Sala Jardiel Poncela
Bien está que fuera tu tierra, Galdós
Del 15 de octubre al 29 de noviembre 2020

Dramaturgia: Alma García
Dirección: José Gómez-Friha

Con Esther Isla, Macarena Sanz, Alma García, Antonio Fernández, Julio Hidalgo
Asesor Dramatúrgico: Álvaro Tato

De martes a sábados a las 20:00 horas
Domingos y festivos a las 19:00 horas
Duración: 100 minutos (sin intermedio) aprox.
Precio:
Entrada general – 18€
Venta anticipada – 14€
Martes y Miércoles – 16€

Encuentros con el público (al término de la función): 5 y 26 de noviembre.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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