Los investigadores encuentran puntas de flecha, lámparas, capas de ceniza e incluso una valiosa joya

Hallan evidencias de la conquista babilónica de Jerusalén que confirman el relato bíblico

Hallan evidencias de la conquista babilónica de Jerusalén que confirman el relato bíblico
Una punta de flecha escita, utilizada por los babilonios. EP

De los libros a las pruebas. Los investigadores de la Universidad de Carolina del Norte que están excavando en el Monte Sión en Jerusalén han anunciado el descubrimiento de evidencias claras que constatan la conquista babilónica de la ciudad en el 587 antes de Cristo. El hallazgo es de un depósito que incluye capas de ceniza, puntas de flecha, tiestos, lámparas y una importante pieza de joyería de época: una borla o arete de oro y plata (un arillo de metal que algunas mujeres llevaban atravesado en el lóbulo de cada una de las orejas).

También hay signos de una estructura significativa de la Edad del Hierro. Pero el edificio, debajo de las capas de períodos posteriores, aún no se ha excavado. El proyecto arqueológico actual ya anunció, en julio de 2019, que había encontrado evidencias sobre el saqueo de la ciudad durante la Primera Cruzada.

El hallazgo actual es uno de los más antiguos y quizás el más destacado por su importancia histórica, ya que la conquista babilónica de Jerusalén es un momento importante en la historia judía. El equipo de investigadores han explicado que el depósito puede datarse gracias a la combinación única de artefactos y materiales encontrados.

Cerámica y lámparas se han encontrado justo al lado de evidencias del asedio babilónico, representado por madera quemada y cenizas, y una serie de puntas de flecha de bronce y hierro de tipo escita que son típicas de ese período. Debido a la ubicación del sitio, se pueden eliminar varias explicaciones alternativas para los artefactos, según argumentan los investigadores.

«Sabemos dónde corría la antigua línea de fortificación», señalan en declaraciones a una publicación especializada, «así que sabemos que estamos dentro de la ciudad. Sabemos que esta no es una zona de descarga, sino el vecindario sudoeste de la ciudad de la Edad del Hierro, durante el siglo VIII». El área urbana se extendía hacia el sureste y hasta la colina occidental donde ahora se está excavando.

Los depósitos de cenizas, de manera similar, no son evidencia concluyente del ataque babilónico en sí mismos, pero lo son mucho más en el contexto de otros materiales. «En este caso, la combinación de una capa de ceniza llena de artefactos, mezclada con puntas de flecha y un adorno muy especial indica algún tipo de devastación y destrucción. Nadie abandona las joyas de oro y nadie tiene puntas de flecha en su basura doméstica», asumen.

«Las puntas de flecha se conocen como ‘puntas de flecha escitas’ y se han encontrado en otros sitios de conflicto de los siglos VII y VI antes de Cristo. También se conocen en sitios fuera de Israel. Eran bastante comunes en este período y se sabe que son utilizado por los guerreros de Babilonia», explican.

En la Biblia, ya se detalla la caída de esta histórica ciudad a manos del rey neo-babilónico Nabucodonosor. Este fue el responsable de reducir la ciudad a cenizas y quemar el templo del rey Salomón, dedicado al dios de los judíos. El rey de Judea, Sedequías, intentó escapar, pero fue llevado preso a Babilonia. Los demás habitantes de la ciudad fueron condenados al exilio forzado.

Con algunas diferencias narrativas, la Biblia relata en el capítulo 25 del Libro de Los Reyes la conquista por parte del rey neo-babilónico: «En el año noveno de su reinado, en el mes décimo, el diez del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén; acampó contra ella y la cercaron con una empalizada», lo cual haría referencia al sitio de la ciudad. «Capturaron al rey y lo subieron a Riblá donde el rey de Babilonia, que lo sometió a juicio. Los hijos de Sedecías fueron degollados a su vista, y a Sedecías le sacó los ojos, le encadenó y le llevó a Babilonia», continúa la Biblia.

El Antiguo Testamento, además, hace referencia a la reducción a cenizas de Jerusalén que perpetraron los invasores, lo cual concuerda con los artefactos encontrados bajo las ascuas. Curiosamente, Jeremías ya profetizó (25:11) la caída del reino de Judea a manos de un rey babilónico.

El proyecto arqueológico del Monte Sión está codirigido por el profesor de historia Shimon Gibson, de la Universidad de Carolina del Norte; Rafi Lewis, de la Ashkelon Academic College, y James Tabor, profesor de estudios religiosos.

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