¿Qué hace un cura todo el día si no está con los enfermos, si no está en mitad de la gente, en sus casas, en el bar, donde sea?
(Jesús Bastante).- El obispo auxiliar de Barcelona, Sebastiá Taltavull, hizo ayer un llamamiento a una nueva evangelización que tenga en cuenta a cada persona, y reclamó a los agentes de pastoral familiar, y a los sacerdotes, y a los obispos, «estemos presente con ellos, entrando en sus casas, compartiendo con ellas, en sus ambientes».
Durante la clausura de las IX Jornadas de Teología «Matrimonio y familia: atención y cuidado», organizadas por la Universidad Pontificia Comillas, Taltavull recalcó que «el acompañamiento ha de ser directo y singular, de tú a tú», especialmente en el caso de los sacerdotes, que corren el riesgo de olvidar que su misión es algo más que un trabajo. «A un cura esto le lleva mucho tiempo, pero ¿para qué nos hemos hecho curas? Para estar las 24-48 horas del día. Nos tienen que encontrar siempre. ¿Qué hace un cura todo el día si no está con los enfermos, si no está en mitad de la gente, en sus casas, en el bar, donde sea?», recalcó el prelado, quien recordó que «Jesús estuvo con la gente constantemente. ¡Hay tanta gente que te espera! El referente de Jesús es un imperativo pastoral».
«Es preciso un nuevo entusiasmo, nuevas motivaciones«, expresó Taltavull, quien insistió en que la nueva evangelización, especialmente en la familia, depende más de «las actitudes del pastor que del comportamiento de las ovejas». En esto punto, pidió «aceptar el riesgo de ir a buscar a las perdidas, acogerla en su situación de deterioro, y sin pretender herirla más de lo que está, hacerle recapacitar sobre su alejamiento».
«El comportamiento de las ovejas será resultado del trabajo bien hecho», añadió Taltavull, quien se preguntó si «¿hemos dejado de ser buenos pastores? ¿Hemos dejado a la deriva a nuestro rebaño?«.
De cara la nueva evangelización, el obispo auxiliar resaltó que es preciso tener en cuenta a «los que creían y ahora no creen. Los que venían y ahora no vienen. ¿Con quién hemos hablado de eso? ¿Nos hemos acercado a ellos? Jesús no dijo «Espérate a que vengan». Dijo «Id hacia». Éste es el reto de la nueva evangelización».
En el caso de la transmisión de la fe en el ámbito familiar, Taltavull señaló que «pasa por el testimonio directo de las familias, cuando las cosas se hablan directamente. ¿Dónde hemos aprendido a rezar? Si no hay un clima de amor, la transmisión de la fe no da resultado«.
«Cuando la situación vive sus situaciones más complejas, debemos volver a Jesús y a las actitudes que más le definen en su trato con las ovejas», añadió Taltavull. «Aquí hay una propuesta firme de la Iglesia que hemos de acoger con el mayor gozo y la mayor responsabilidad. Hay que desterrar el estilo del funcionario, y dar clima y corazón a todas nuestras acciones. La gente notará cuándo somos pastores, y cuándo somos asalariados«.
«El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el que es asalariado, cuando ve al lobo huye, porque no son suyas las ovejas. Ese hombre huye porque lo único que le importa es el salario, no las ovejas», añadió.
Crecimiento mutuo, búsqueda compartida y solidificación del amor mutuo son las claves de comunión para que el mundo crea. «Toda pastoral, y fundamentalmente la familiar, es un ejercicio de caridad pastoral que nos identifica y nos unifica. Promover la espiritualidad de comunión, antes de proponer acciones concretas. Es capacidad de ver en el otro lo que tiene de positivo, y acogerlo y valorarlo como un don de Dios y para mí. Dar espacio al hermano rechazando las cargas egoístas que continuamente nos acechan«.
Taltavull reconoció que la crisis muestra «una desintegración de la familia y de sus valores más genuinos. Esto nos plantea desafíos muy fuertes a la propuesta cristiana, porque es una Iglesia que tiene que ofrecer y proponer algo importante». En este punto, destacó tres palabras: «acogida, respuesta-propuesta y acompañamiento».
«El amor es lo que hace a la persona humana la auténtica imagen de Dios», incidió el obispo, quien animó a «ponernos decididamente al lado de las personas como hacía Jesús, al lado de las familias para acompañarlas, con sus gozos y esperanzas, tristezas y angustias, dificultades y logros…». Porque, «si estamos atentos a la realidad, a las personas, descubriremos cuánta semilla de evangelio hay sembrada en la gente«.
Por su parte, el rector de Comillas, Julio L. Martínez, destacó el acierto de la Facultad de Teología de Comillas al dedicar a la familia unas jornadas y hacerlo, además, incorporando distintas perspectivas teológicas y áreas de conocimiento, ya que han participado en ellas profesores de teología, pero también sociólogos, psicólogos y miembros del Instituto de la Familia de la universidad. «Tenemos que asumir que la familia es una prioridad de la Compañía de Jesús, y de la universidad, a distintos niveles y en distintas formas», afirmó. En este sentido, hizo un llamamiento al trabajo interno de la facultad, pero también a la colaboración con otros centros de la universidad, «la interdisciplinariedad no es sólo para unas jornadas, hay que hacerla sostenible desde el punto de vista investigador.