Los que no quieren que hablemos en valenciano, que pensemos en valenciano y que escribamos en valenciano, son los mismos que no quieren que hablemos, que pensemos y que escribamos
(Josep Miquel Bausset)- Este año, eclesialmente hablando, la primavera no comenzó el 21, sino el 13 de marzo, con la elección del papa Francisco como obispo de Roma.
Por lo que respecta al País Valenciano, y a pesar de que estamos en noviembre, también ha llegado ahora la primavera. Y no lo digo por el tiempo que hace, con temperaturas suaves más propias del mes de mayo que de noviembre, sino por el despertar de la sociedad valenciana, acostumbrada, durante demasiados años de invierno, a la somnolencia y al conformismo.
Ante el cierre de RTVV, que la ya exdirectora de RTVV haya dicho que ha habido un «intento de injerencia política en la gestión y en los informativos» por parte del Gobierno Valenciano, es una buena noticia. Ya era hora de que alguien, desde RTVV, haya tenido la valentía de denunciar lo que todos pensábamos.
Cuando la exdirectora de RTVV se ha atrevido a hablar claro y a denunciar el intento de injerencia política de la Generalitat en RTVV (cosa que muchos sospechábamos) con censuras y vetos, quiere decir que alguna cosa se mueve ahora en el País Valenciano.
Después de un largo tiempo de invierno, ha llegado la primavera al País Valenciano. Un invierno donde se ha coartado la libertad de expresión, prohibiéndonos ver TV3 y manipulando una televisión pública que había de ayudar a la recuperación de nuestra lengua.
Y es que los que no quieren que hablemos en valenciano, que pensemos en valenciano y que escribamos en valenciano, son los mismos que no quieren que hablemos, que pensemos y que escribamos.
Primero fue TV3, cuando el Gobierno Valenciano nos prohibió a los valencianos el derecho de poder verla y ahora es RTVV la que cierran. Un amigo me comentó: «Nos están quitando todo lo que es nuestro«. Y es que si RTVV, tal y como nos decía el Sr. Castellano, Conseller de Gobernación y el Sr. Bellver, portavoz del PP en las Corts Valencianes era una «seña de identidad», ¿qué están haciendo con esa «seña de identidad»?
De la movilización de la sociedad valenciana por defender nuestra televisión, ¿el Presidente de la Generalitat no tiene nada qué decir? ¿Y de los buenos profesionales de RTVV que quedarán en la calle?
Ante el drama de tantos despidos por el cierre de RTVV, y por la manera de liquidar este medio de comunicación, los obispos del País Valenciano, ¿por qué no protestan, de manera clara y decidida? ¿Porqué las delegaciones de Medios de Comunicación de las diócesis de València, Sogorb-Castelló, Orola-Alacant i Tortosa no han mostrado su solidaridad con los trabajadores de RTVV y no han protestado por el cierre de este ente público? ¿Por qué ese miedo de los obispos valencianos a enfrentarse al PP? ¿Por qué esa connivencia de los obispos del País Valenciano con la derecha valenciana? ¿Por qué la jerarquía valenciana no se pone al lado de los trabajadores que quedarán en paro?
Cuando se estaba creando RTVV, el cardenal Tarancón pedía que la televisión valenciana fuera en valenciano, ya que «todas las otras son en castellano y en valenciano no hay ninguna». RTVV tenía como objetivo, recuperar y normalizar la lengua de Sant Vicent Ferrer y de Sor Isabel de Villena, una lengua que la Iglesia Valenciana continúa marginando.
Después de un largo tiempo de invierno, finalmente ha comenzado la primavera en el País Valenciano. Los valencianos y las valencianas han despertado de la somnolencia y de la apatía. Y desgraciadamente, la Iglesia del País Valenciano, o mejor dicho, los obispos del País Valenciano, una vez más, se encuentran en el limbo. Sin expresar su solidaridad con los trabajadores de RTVV y sin mostrar su protesta al Gobierno Valenciano ante el atropello que significa cerrar RTVV: Un ataque en toda regla a la libertad de expresión.