"San Pablo señala en su primera carta a los Corintios, que la excelencia espiritual y deportiva están estrechamente relacionadas"
El Papa Benedicto XVI ha ensalzado el poder de unión del deporte pero ha advertido del abuso de los medios que están al alcance de la medicina moderna para «ganar a toda costa», durante una audiencia privada en Castelgandolfo con la delegación de La Federación Internacional de Medicina del Deporte (FIMS) que celebra su XXXII congreso mundial en Roma.
Así, ha recordado que el deporte y, concretamente, el atletismo, puede «unir a las personas y a los pueblos en la búsqueda común de una pacífica excelencia competitiva» pero ha alertado de que «a veces, el éxito, la fama, las medallas y el dinero se convierten en el principal o incluso en el único motivo para los que se dedican a ellos».
«También, de vez en cuando, ha ocurrido que el ganar a toda costa reemplaza el verdadero espíritu del deporte, y se ha llegado al abuso y al uso equivocado de los medios a disposición de la medicina moderna», ha precisado.
En esta línea, ha explicado que «el deporte es algo más que competición» y que «cada deportista es algo más que un mero competidor, pues está dotado de una capacidad moral y espiritual que debe ser enriquecida y profundizada por el deporte y la medicina deportiva».
Por ello, ha recordado a los organizadores del congreso que las personas de las que se ocupan son «individuos únicos y dotados de talentos, independientemente de sus capacidades atléticas, que están llamados a la perfección moral y espiritual antes que a la llamada de cualquier conquista física».
Benedicto XVI ha subrayado que reza por los que realizan esta labor, para que «sean cada vez más conscientes de la belleza, el misterio y el potencial de cada persona humana, tanto si es deportista como si no lo es, tanto si tiene discapacidades físicas, como si no las tiene».
Además, ha añadido que «San Pablo señala en su primera carta a los Corintios, que la excelencia espiritual y deportiva están estrechamente relacionadas, y exhorta a los creyentes a entrenarse en la vida espiritual». (RD/Ep)
«Como expertos médicos, sabéis que el punto de partida es el atleta -ha dicho el Papa-, no solo como mero competidor, sino también dotado de una capacidad moral y espiritual que debe ser enriquecida y profundizada por el deporte y la medicina deportiva. A veces, sin embargo, ha explicado Benedicto XVI, el éxito, la fama, las medallas y la búsqueda de dinero se convierten en la meta principal o incluso única. E incluso, ocurre de vez en cuando, que el ansia de ganar a toda costa substituya el verdadero espíritu deportivo con el abuso de fármacos y el mal uso de los medios que pone a disposición la medicina moderna».
«Conscientes de esta tentación, se está discutiendo esta cuestión importante durante el Congreso. Independientemente de las capacidades atléticas y de cualquier logro físico, está la persona llamada a la perfección moral y espiritual».
«En efecto, ha dicho el Santo Padre, «San Pablo señala en su primera carta a los Corintios, que la excelencia espiritual y deportiva están estrechamente relacionadas, y exhorta a los creyentes a entrenarse en la vida espiritual». «Todos los atletas», dice Pablo, «se privan de todo para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible»