Hace tiempo que Morante de la Puebla abandonó la etiqueta de toreo artista para convertirse en un torero tan completo que llena y colma las expectativas de cualquier aficionado.
Ya no es ese torero predilecto de esos ‘fantoches’ vestidos de artistas que esperan dos o tres chispazos para salir cantando las excelencias del toreo de arte. No, Morante es algo que va mucho más allá de eso.
Morante es un torero capaz de cuajar un toro de principio a fin, manejar el capote como pocos los han hecho en la Historia del Toreo, hilvanar una faena de compromiso, valor y pureza y rematar la obra de un estoconazo hasta las cintas.
Eso es lo que ha hecho este domingo en Brihuega en el cuarto toro, al que paró con un soberbio ramillete de verónicas con un compás insuperable y al que después llevó torerísimamente al caballo galleando por chicuelinas. El toro de Jandilla tuvo fondo y movilidad y permitió explayarse al de La Puebla del Río.
LA CORRIDA
Brihuega (Guadalaraja), domingo 10 de abril de 2011. Corrida de Primavera. Lleno. Cuatro toros de Jandilla y dos (1º y 3º) de Vegahermosa, terciados y bajos de casta. Manejable el 4º, premiado con una exagerada vuelta al ruedo. Morante de la Puebla, silencio y dos orejas. José María Manzanares, oreja y saludos. Cayetano, silencio en ambos.
