(PD).- Roger Federer, número uno del mundo tras su sexta victoria en Wimbledon, se vistió, nada más acabar el duelo contra Andy Roddick, con una cazadora que tenía bordado el número 15, su récord de triunfos en ‘Grand Slam’. Pero el suizo desplegó un discurso muy moderado y respetuoso, alejado de triunfalismos.
«Él jugó de forma increíble, jugó un extraordinario campeonato. Pero, desafortunadamente, en tenis siempre tiene que haber un campeón», dijo Federer en alusión a Andy Roddick en la ceremonia final de Wimbledon. Miró a su rival, batido y hundido, y le animó así: «No te preocupes, yo llegué hasta aquí el año pasado y Nadal me ganó en cinco sets. Estoy convencido de que regresarás y serás campeón también».
Cuando se le pidió opinión sobre su reconquista del primer puesto de la clasificación mundial, Federer recordó que Nadal no había estado en Wimbledon por culpa de una lesión y que le habría gustado haberse enfrentado una vez más al español. «Es un sitio especial, es bueno ser número uno aquí de nuevo», agregó.
«Ha sido un partido loco, un increíble final, un increíble momento en mi carrera», añadió él nuevo número uno mundial tras romper el empate a 14 grandes que tenía con el estadounidense Pete Sampras, presente hoy en la pista central. «Gracias por venir, Pete, es un largo camino, quería verte ahí, gracias», añadió antes de rendir también honores a los míticos Rod Laver y Bjorn Borg, testigos de la gesta en el All England Club.
«Me sorprende el jugador que he llegado a ser», añadió después en la sala de prensa. «No esperaba ser tan consistente, tan gran jugador con tantas cualidades. Sé que tengo cualidades en todas las partes de mi juego, sé también que tengo algún déficit».
El suizo, de 27 años, recordó cómo veía de niño las finales de Wimbledon entre el alemán Boris Becker y el sueco Stefan Edberg y cómo pensaba que le gustaría estar alguna vez en esa posición y «ser como ellos».
«Es surrrealista pensar en llegar tan lejos, es increíble llegar hasta esto hoy. Es asombroso que haya jugado tan bien tantos años sin lesiones, estoy feliz por lo que estoy haciendo. Es de locos haber sido capaz de ganar tanto en tan corto periodo de tiempo». Federer se mostró especialmente contento por haber quebrado el récord en Wimbledon, el torneo que más significa para él y donde hoy logró su sexto título: «Es como completar el círculo, aunque mi carrera está lejos de acabar. Sé lo que significaba el récord para Pete, de alguna manera siento que aún lo compartimos». Sus prioridades ahora no son el tenis, ya que su mujer está a punto de dar a luz al primer hijo de ambos. «El tenis no es todo para mi, hay mucha vida más allá del tenis».
Sampras: ‘Es una leyenda’
«Este año es de locura, superar la derrota en la final de Australia, ganar en París, aquí, es increíble y espero que todo vaya bien», dijo mirando a su esposa, que dará a luz al primer hijo de ambos en breve.
Roddick negó que su derrota fuera «cruel» y felicitó al campeón, además de dirigirse a su compatriota Sampras para pedirle disculpas por no haber conseguido evitar que Federer batiera su marca: «Lo intenté. Lo siento Pete».
Por su parte, Sampras también reconoció en declaraciones a la BBC el mérito del suizo, al que calificó de «leyenda», y subrayó la facilidad con la que Federer «alcanza su mejor nivel».
No fue el único que saludó a Sampras e intentó consolarlo. «A mí me pasó el año pasado lo que a ti, que dejé de ser el único español campeón en Wimbledon. Ahora vas a sentir lo mismo que yo con Nadal», le dijo Manuel Santana, vencedor del torneo en 1966.
EL COMPLICADO CALENDARIO DE NADAL
Rafa Nadal aguantó en la cima 46 semanas, pero el número 1 de la ATP vuelve a poder de Roger Federer, campeón en Roland Garros y Wimbledon precisamente en el peor momento de la historia reciente del mallorquín. Con 15 ‘grandes’ ya en la mochila, el genio de Basilea regresa a la privilegiada posición en la que ya permaneció 237 semanas, concretamente entre el 2 de febrero de 2004 y el 18 de agosto de 2008. Y las matemáticas avalan su dominio al menos hasta el US Open.
La sobresaliente confirmación de Nadal en 2008, ratificada con el cambio de tendencia en Wimbledon, hizo zozobrar a Roger, que pasó un peculiar tormento de cuatro meses, entre Estoril y la resurrección en el US Open, sus dos únicos éxitos de la temporada junto con Basilea. Sin embargo, el reto de igualar el récord de Pete Sampras fue la tabla a la que aferrarse. Además, la inesperada derrota de Nadal ante Soderling en París y las dolencias en las rodillas allanaron el camino.
De esta manera, el ránking se actualizará el lunes con 11.220 puntos para Federer por 10.735 del español, cuya tarea de reconquista no parece precisamente sencilla. Su regreso a las pistas está previsto para el Masters 1.000 de Montreal, que arranca el próximo 10 de agosto. Allí no podrá sumar puntos, ya que arriesga los 1.000 conseguidos en su condición de campeón en 2008. Todo lo contrario que Federer, que sólo pone 10 en juego, ya que cayó en segunda ronda ante Gilles Simon.
Sólo una semana más tarde será turno para el Masters de Cincinatti, también sobre superficie dura, donde Rafa expondrá 450 puntos de su semifinal de 2008 por tan sólo 150 de su rival, que cedió en octavos el curso anterior. Además, el 17 de agosto, el manacorense deberá descontar los 800 puntos con los que se premió su oro olímpico. Ese día, Federer también perderá 200 por su pase a cuartos en el mismo torneo en Pekín.
Ivan Lendl, único precedente
El complicado calendario podría hacer mirar por el retrovisor al tetracampeón de Roland Garros. Porque a 1.285 unidades aparece Andy Murray, uno de los tenistas más en forma del momento y que en 2008 explotó precisamente en este tramo del curso. Las restantes paradas del mallorquín serán el US Open, Bangkok, Pekín, Shanghai (sustituto del Masters de Madrid), París y la Copa Masters.
Precisamente este último evento, que se jugará por primera vez en Londres, supone la mayor esperanza para Rafa. Con nada menos que 1.300 puntos en disputa, Nadal no arriesga ni uno solo, ya que en 2008 no pudo acudir por problemas físicos. Un temprano tropiezo de Federer abriría una rendija a la esperanza.
Y es que volver a la cima a final de temporada no es tarea sencilla. De hecho sólo Ivan Lendl fue capaz de recuperar el número 1 tras haberlo entregado el año anterior. El checoslovaco reinó en 1985, 1986 y 1987. Mats Wilander interrumpió su dominio en 1988, pero Lendl volvió a rescatarlo en el último tramo de 1989.
