Karim Benzema es el delantero de moda y que, para muchos, está considerado como el mejor jugador del mundo actualmente. Un futbolista que ha llegado a su plenitud futbolística a sus 34 años después de ser cuestionado de si no tenía gol o, incluso, que no era un 9 para el equipo blanco.
José Mourinho cuestionó en la segunda campaña del ariete francés que era el suplente de Gonzalo Higuaín, teniendo que «ir a cazar con un gato porque no tienes el perro«, comparando con animales a los dos futbolistas de referencia en el ataque blanco.
La remontada histórica contra el París Saint Germain en el Santiago Bernabéu con un hat trick del ariete lo consagró como un jugador diferencial como en su momento fue Cristiano Ronaldo en el Real Madrid, Leo Messi en el Barcelona o en la actualidad Kylian Mbappé en el PSG o Erling Haaland en el Borussia de Dortmund. Por eso, el equipo madrileño estaba buscando ese recambio que lleva buscando cuatro años desde que el portugués salió rumbo a Italia.
La estrella, de una manera silenciosa, estaba en el vestuario. Fue el mejor asistente de Cristiano Ronaldo, y mientras que su heredero apuntaba a que sería Gareth Bale o un nuevo fichaje como Eden Hazard, la realidad es que Karim Benzema es el jugador que ha tomado galones para que sea el futbolista distintivo del club.
Ese mismo problema tenía Raúl González Blanco. El capitán del Real Madrid siempre terminó siendo titular en el conjunto merengue, por encima de algunas estrellas de los galácticos. Sin embargo, parecía al principio de temporada que no seguiría en el club blanco o qué partiría desde el banquillo. Al delantero francés le ha ocurrido lo mismo cada verano, hasta el punto que la afición se ilusiona con jóvenes estrellas como Mbappé o Haaland, poniéndolos por delante de su estandarte, el que remontó la eliminatoria contra el PSG y el que ha dejado encarrilada la eliminatoria contra el Chelsea.
Otro motivo por el que se asemeja al 7 de la selección española y segundo máximo goleador del conjunto merengue son los goles de pillo. Parece que los tantos que no son tan espectaculares no valen tanto como un gol bello. Sin embargo, valen lo mismo, una victoria. En las últimas temporadas en la Copa de Europa, el francés anotó goles de listo contra el Bayern de Múnich, Liverpool, París Saint Germain o Chelsea.
