Wolfang Stark dirigirá la final de la Europa League

El ‘verdugo’ del Madrid en la Champions League del año pasado se cruza en el camino de Athletic y Atlético

El árbitro alemán expulsó a Pepe tras una polémica entrada sobre Alves en las semifinales de la máxima competición continental del año pasado

El 27 de abril de 2011 Wolfang Stark se convertía, al mismo tiempo, en el hombre más odiado y querido de España. En la ida de las semifinales de Champions League, que enfrentaban a Real Madrid y Barcelona, el colegiado alemán expulsó a Pepe tras una entrada ‘fantasma’ sobre Alves.

En una jugada que dio la vuelta al mundo y que se convirtió en objeto de debate durante semanas, Stark mostró la cartulina roja a Pepe dejando al Real Madrid con uno menos en el Santiago Bernabéu. El equipo blanco acusó el golpe y acabó sucumbiendo por 0-2.

Ahora, Stark vuelve a tener en sus manos el destino de dos equipos españoles. El trencilla alemán dirigirá la final de la Europa League que enfrentará a Atlético y Athletic con el Estadio Nacional de Bucarest como testigo. Los precedentes no son los mejores.

LOS «¿POR QUE?» DE MOURINHO

Mientras medio mundo discutía si Pepe había tocado a Alves o si el barcelonista había hecho teatro, José Mourinho hacía acto de presencia en rueda de prensa. Allí, pronunció algunas de sus frases más recordadas:

«¿Por qué? ¿Por qué? Obrevo, Bussaca, Frisk, De Bleeckere, Stark. ¿Por qué en cada semifinal pasa lo mismo? Es un equipo fantástico pero, ¿por qué cada año? No sé si será la publicidad de UNICEF, Villar que se lleva muy bien con la UEFA o es que son muy simpáticos. Enhorabuena por todo lo que han conseguido. Los otros no tienen ninguna posibilidad».

Pero un caliente Mourinho no se quedó ahí, sino que puso en tela de juicio las victorias del Barcelona de Guardiola:

«Guardiola es un fantástico entrenador de fútbol, que ha ganado una Champions con el escándalo de Stamford Bridge, donde hubo cuatro penaltis que no se señalaron. Y si la gana ahora, será con el escándalo del Bernabéu, a mí me daría vergüenza ganarlas así. Le deseo que gane una Champions blanca y brillante».

Y para acabar, Mourinho atizó a la UEFA. Unas palabras que le costaron cinco partidos de sanción y una multa de 50.000 euros.

«Al árbitro no le he dicho nada, simplemente me he reído y he aplaudido su decisión con dos dedos y nada más. Si le digo a él y a la UEFA lo que pienso, mi carrera acaba hoy, por eso sólo digo una pregunta: por qué. Podíamos jugar aquí tres horas y el partido hubiera quedado 0-0»

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