Entre Pep Guardiola y Claudio Bravo hay una excelente relación personal que no se ha visto empañada, ni un ápice, por la acción en la que el portero chileno se condenó a la expulsión en el último partido contra el Barcelona en la Champions. Una jugada que, según llegó a confesar el técnico azulgrana, Luis Enrique, resultó del todo determinante para que su equipo acabara llevándose una abultada victoria ante los ingleses en el Camp Nou.
La última prueba de esta buena sintonía entre Guardiola y Bravo podemos encontrarla en uno de los últimos entrenamientos del City.