Consecuencias. Ya las hubo nada más terminar el encuentro en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid completó su peor semana del curso empatando contra Las Palmas en casa y cediendo el liderato de la Liga al Barça por primera vez en muchos meses. Tiene un partido menos, sí, pero el desastre de Valencia, el serio aviso de Villarreal y este nuevo tropiezo han terminado de tirar por la borda una ventaja enorme que mantenía tranquilo al equipo hace tan solo un mes. La Liga vuelve a estar totalmente abierta, y la caída libre en el Madrid empieza a ser importante a no ser que Zidane y los suyos hagan algo rápido para que el bache acabe aquí.
Por eso, Zizou quiso verles las caras a los futbolistas en el vestuario del Bernabéu nada más terminar el partido del pasado miércoles. En caliente. El francés trató de calmar unos ánimos muy elevados en un equipo que por momentos se ha desquiciado desde que empezó 2017 y llegó la primera derrota oficial de la temporada en Sevilla. Tardó más que nunca en atender a los medios en rueda de prensa después, por este motivo. Y no ha quedado todo ahí. Ayer jueves fue día de calma y reflexión en Valdebebas, con un cónclave de toda la plantilla y el cuerpo técnico para analizar lo que está sucediendo.
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