La izquierda española está volcada en exaltar la figura de Diego Armando Maradona tras su fallecimiento este 25 de noviembre de 2020.
El exfutbolista argentino fue un gran defensor de la izquierda radical latinoamericana, apoyando en público a dictadores como Fidel Castro, Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Sin olvidar su pasión por el asesino y homófobo Ché Guevara, a quien llevaba tatuado en el brazo.
✊ Hasta siempre, comandantes.
Siempre Maradona. Siempre Fidel pic.twitter.com/7ONcDp1pqx
— Izquierda Unida? (@iunida) November 25, 2020
Irónicamente, la izquierda española (e internacional) está aplaudiendo a un Maradona que fue grabado mientras insultaba y presuntamente agredía a su expareja Rocío Oliva.
Por mucho menos que eso, fueron los mismos progres los que ‘lincharon’ a Plácido Domingo, a quien acusaron de “machista” y “maltratador”. Unos términos que, ahora, han desaparecido para ‘el Pelusa’.
La izquierda radical vuelve a demostrar que tiene una doble vara de medir y que, para sus seguidores, todo está perdonado... al parecer, hasta la violencia de género.
La corta memoria de la izquierda
A partidos como Izquierda Unidas se les olvida, o quieren olvidar, que en febrero de 2017 una patrulla de la Policía Nacional acudió al hotel en el que se hospedaba Maradona en Madrid después de que su expareja lo denunciara por una agresión física.
Según la denuncia, la mujer telefoneó a la recepción pasados varios minutos de las ocho de la mañana para denunciar que su pareja la estaba agrediendo.
El director del establecimiento Eurostar Suites Mirasierra cumplió con el protocoló y alertó inmediatamente al 112. Algunos empleados del hotel aseguraron durante la mañana haber escuchado los gritos de la pareja discutiendo en la habitación.
Con la policía ya en el hotel, la pareja aseguró a los agentes que todo había sido un mal entendido.
Interrogados por separado, tanto Maradonna como Rocío aseguraron que ambos se habían enzarzado en una “fuerte discusión” que tienen un carácter muy fuerte, y Rocío negó haber sido agredida.
Sin embargo, la versión se tambaleaba al recordar el polémico vídeo de 2004, cuando Maradona agredía a Oliva durante la grabación tomada por la mujer.
En ese momento, Olivia lo denunció y provocó la ruptura momentánea de la relación. Una decisión que descartó repetir en Madrid.
Precisamente ese mismo año, el exfutbolista denunció a la mujer en Dubái por el presunto robo de joyas y objetos personales valorados en 450.000 euros. Sin embargo, pese a las denuncias cruzadas de agresiones y robos, ambos volvieron.