Desde el Exilio

Miguel Font Rosell

Islas Cies. ¿Conservación o explotación?

La Islas Cies son un patrimonio natural extraordinario. Hasta ahí todos de acuerdo, aunque también lo son, aunque quizá en menor medida, las islas de Ons, Sálvora y Cortegada, pues en este caso no hay nada más torpe, y mira que tenemos ejemplos, que establecer “hechos diferenciales”, que siempre se traducen en los deseos de que al no tratarse de ser simplemente diferentes, sino considerarse mejores, asomar el plumero fascista de tanto localista cutre, disfrazado de defensor de esencias de arrabal, de lo de ir por libre, insolidariamente, e incluso desde el desprecio y combate hacia quien, en este caso, forma parte de la misma comunidad, se trata de la misma cordillera atlántica (al menos Cies, Ons y Sálvora), reúnen similares características y forman parte todas ellas del patrimonio nacional islas atlánticas, así que si apoyándonos principalmente en Cies, conseguimos de nuestras islas atlánticas hacerlas patrimonio de la humanidad, por pura solidaridad gallega, aunque eso sea un precedente y suene un tanto raro, mejor que mejor. Si solo nos admiten la candidatura de Cies, pues bien, pero al menos habrá que intentarlo, aun a expensas de quien siempre pretende sacar tajada política personal, por la vía canalla de enfrentarnos a todos y a todo, en aras de un localismo casposo de paletez ilustrada. Al menos esa es mi opinión, pues el todo no tiene porque excluir la parte.
Centrándonos ahora en nuestras Cies, y en su día a día de la temporada estival, y desde la “autoridad” que me da el amarlas profundamente, conocerlas y navegarlas no menos de 50 veces al año, intentaré hacer una aproximación al problema de su uso y abuso, desde la perspectiva de quien piensa que es necesario compaginar su visita con su conservación, pues la ecología no es otra cosa que el cuidado y conservación de la naturaleza para su relación con los seres vivos y su convivencia, y entre ellos, por supuesto, está el ser humano y su ansia de felicidad en el respeto por esa naturaleza que nos acoge, todo lo contrario a ese error de concepto de buscar una conservación bobalicona y fundamentalista, ajena a la presencia del ser humano.
Hoy el archipiélago de las islas Cies, en la entrada a la ria de Vigo, ubicado en su término municipal, forma parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia, junto con el de la isla de Ons, en la entrada de la ria de Pontevedra, pertenecientes al municipio de Bueu, el de Sálvora del municipio de Ribeira (La Coruña) en la de Arosa y el de Cortegada, en el municipio de Vilagarcía en el interior de esta última ría, quizá este último con menor sentido que el resto. Su gobierno, en cuanto a la misión de velar por su conservación, pertenece a la Xunta de Galicia, concretamente a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras y más exactamente a la Dirección General de Conservación de la Naturaleza, quien dispone del Patronato de la Islas Atlánticas, órgano encargado de velar por el cumplimiento de las normas que afecten al parque, promover y realizar cuantas gestiones consideren a favor del espacio publico, proponer normas para la más eficaz defensa de los valores del parque, etc.
El Patronato está formado por los siguientes miembros: El Presidente del Patronato, el Director del Parque, 5 representantes de la Administración del Estado, 5 representantes de la Administración Autonómica, 4 de la Administración Local (Vigo, Bueu, Vilagarcía y Ribeira), 2 representantes de las Diputaciones (Pontevedra y La Coruña), 2 representantes de grupos ecologistas, 3 de las universidades, 2 de las Cofradías de Pescadores, 2 de los propietarios de los terrenos, 1 guarda del parque y 2 Otros (?). En total 30 personas.
Al parecer, la última memoria de resultados data de 2012 y en ella, entre otras consideraciones, se especifica que el Patronato no llegó a reunirse ni una sola vez en los años 2007 y 2008, se reunió 2 veces en los años 2009 y 2010, una sola vez en los años 2011 y 2012 y en la actualidad llevará ya un año y medio sin reunirse, datando la ultima reunión de mayo de 2016, y estando programada la siguiente para noviembre de este año, que el número de reuniones de los grupos de trabajo entre 2007 y 2012 fue “0” (!en 5 años!) sin siquiera haberse constituido en todos estos años la necesaria Junta Rectora, y sin que se haya llegado a redactar definitivamente, y aprobar, el preceptivo Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional, único de los parques nacionales en España que no dispone de este obligado documento. Desde luego, un amplio bagaje de logros para aspirar a ser considerado el Parque, Patrimonio de la Humanidad, dada la eficacia y el bien hacer de sus rectores.
En mi caso concreto, pertenezco a la Junta Directiva del que posiblemente sea el mejor club náutico deportivo de Galicia, cuya Junta se reúne 2 veces al mes, lo que sumado a la Asamblea General anual, hace un total de 25 reuniones al año, con duraciones de no menos de 4 horas por sesión, un mínimo de 100 horas de dedicación al club sin cobrar absolutamente nada por tal cometido, y siempre con asuntos por resolver, estudiar, proponer, etc. ¿Acaso no resulta absolutamente indignante, de todo punto indignante, que si un club necesita de al menos 25 reuniones de Junta Rectora al año, el Patronato (un organismo !público!), que ha de velar por la Islas Atlánticas (mucho más que un club), no se reúna en un año y medio ni una sola vez, no hayan sido capaces de constituir una Junta Rectora, ni de aprobar el obligado Plan Rector, lo formen 30 individuos incapaces de dimitir ante tamaña desvergüenza, y consientan, sin rubor, todo tipo de atropellos a quienes están cargándose las islas?. ¿Que pinta ahí el Presidente del Patronato? ¿Que supervisa el Director General de Conservación de la Naturaleza? ¿Que controla el Conselleiro de Medio Ambiente? y finalmente ¿Que piensa el Presidente de la Xunta (hoy ya enterado), consintiendo todos ellos tamaño insulto a la honestidad y a la administración de nuestros intereses?.
Todos en sus puestos, ahora si, un día establecen un control y ¿quien lo paga?, los usuarios que habían sacado ya sus billetes y que habían viajado a Vigo con ese anhelo de conocer las islas Cies, que tuvieron que soportar como se les frustraban sus vacaciones por absoluta negligencia de todos los que en su misión está el conseguir que ello no ocurra, una consecuencia para terceros, igualita a la que se consigue con cualquier huelga al uso, con los implicados a seguir peleando y los terceros a sufrir las consecuencias. Pues bien, han pasado ya días desde el escándalo nacional de la ineficacia y la necedad, y seguimos sin dimisiones, sin reunión extraordinaria y urgente del Patronato, sin Plan Rector que clarifique responsabilidades y sin que nadie cese a nadie. !España en estado puro!. Y a todo ello, el Presidente del Patronato haciendo declaraciones sobre su ignorancia sobre el particular, pues desconocía el problema, !igualito que Rajoy con las cuentas de su partido!, pero… sigue ahí.
Todos los que navegamos asiduamente a las islas, sobre todo a Cies, sabemos desde hace años, sin necesidad de extraordinarias pesquisas, que las compañías que hacen el servicio de transporte, en temporada de verano, no solo sobrepasan los limites establecidos, sino que duplican y a veces triplican el tope asignado, sin que nunca haya el menor control ni pase nada por ello, que en el mejor de los casos la multa no llega ni a la tercera parte de la que se le aplica a un barco privado por fondear sin permiso, que además las recurren y ni siquiera las pagan, que los restaurantes de la isla norte están absolutamente sobrepasados, con lo que ello implica en todos los sentidos, que los pescadores “profesionales” arrasan con lo que haga falta, que si estás fondeado de noche, las linternas por las rocas son el pan nuestro de cada día, que al furtivo solo lo vigilan los de las Cofradías, quienes no consienten la mínima observación en cuanto a la limitación de su propia “supervivencia”, que quienes suelen pagar el pato, en un alarde de demagogia, son los de embarcaciones particulares, a quienes si un día se olvidan de sacar el permiso de fondeo, los pueden fundir con multas estratosféricas, como si a un niño se le ocurre echar una caña por la borda para intentar pescar algo y jilipolleces similares.
Lo que ocurre en Cies con los aforos y su “regulación”, es absolutamente demencial. En cuanto a las embarcaciones privadas, se exige un permiso bianual para navegar por la demarcación “islas atlánticas”, algo totalmente absurdo, pues ni se cobra por ello, ni a nada conduce al no tener limitación y no informarte de las condiciones de navegación por tales aguas, en las que al parecer, y sin que ni un solo barco lo cumpla, ni público ni privado, ni se conozca la ordenanza que lo regula, ni su fecha de aprobación, no se pueden rebasar los 4 nudos de velocidad, algo que por otra parte, nadie controla, pues incluso la propia embarcación del Patronato y los barcos de las compañías, rebasan siempre tal velocidad, sobradamente.
Ya en cuanto al permiso de fondeo, el caos es absoluto, pues no puede estar peor regulado.
En el caso de Cies, son tres las playas en las que se permite el fondeo, dos de ellas en la isla norte (Rodas y “el Chuco”) y la otra en la playa de la isla sur.
El número de fondeos está limitado, lo cual tampoco parece tener mucho sentido, pues el propio radio de borneo del ancla de cada embarcación limita claramente los espacios y consecuentemente el número de fondeos, pero al estar limitado y mal regulado, la picaresca vuelve a imperar.
Los permisos se pueden sacar (automáticamente, vía internet) con una semana de antelación como máximo, de manera que el domingo a las 12 de la noche y un minuto, ya puedes sacar el permiso para todo el próximo fin de semana y de forma gratuita, con un máximo de tres permisos en vigor (sábado, domingo y algún otro día de la semana). Al ser gratuito, las compañías de alquiler de barcos son los primeros en sacar los permisos, al tiempo que algunos clubes para sus socios, o los espabilados que se adelantan convenientemente, aunque luego no vayan a ir y tampoco lo anulen (es preceptivo anularlo en caso de no usarlo) algo que nadie controla, pues ¿quien me va a demostrar que no he estado fondeado cinco minutos antes de la media noche?. Pero ¿que ocurre el fin de semana si de repente aparece una nube en el horizonte, en una ria de navegantes de pacotilla que se arrugan a la primera de cambio?. En Cies aparecen únicamente cuatro barcos fondeados, pero la reserva de plazas está completa y aunque seas el quinto barco en cuestión, si oficialmente no tienes plaza, solo te queda el recurso de fondear en la playa de Barra en la península del Morrazo, como lugar más próximo, acordando milla a milla, de los progenitores de la criaturita que parió semejante invento.
Un prodigio de inteligencia, cuando el asunto es enormemente sencillo de regular y mucho más productivo para el Parque: Un barco fondeado ocupa una superficie de borneo de aproximadamente 300 veces su eslora, lo cual ya de por si limita el número de barcos. En cuanto a establecer una cuota de fondeo, podría ser perfectamente adecuada la de 1 €/ml de eslora, así un barco de 10 metros de eslora pagaría como cuota de fondeo concretamente 10 €, algo bien fácil de regular, ya que con el permiso es preceptivo dar la información del nombre y eslora del barco (datos públicos), lo que resulta fácilmente inspeccionable. El permiso se pediría igual que hasta ahora, vía internet, pero ingresando previamente en una cuenta del Patronato el importe correspondiente, se utilice o no posteriormente. En caso de no contar con permiso de fondeo y ser detectado (las inspecciones en cuanto a fondeos si que suelen ser constantes) se elevaría al cuadrado el importe, lo que para el caso que nos ocupa se quedaría en 100 € (no de 0 € un permiso que solo consiste en notificar, a !6.000 €! si no se notifica) y con ello fondearían realmente en Cies aquellos barcos que hubiesen ingresado la cuota, que perderían los que finalmente rehusasen el trayecto, sin perjuicio para el Parque.
Para los barcos de transporte, si la limitación diaria es de 2.000 personas y son cuatro compañías las que hacen el servicio, a razón de 500 billetes por compañía, salvo que alguna quisiese menos billetes, el problema está resuelto con los que emita el propio Patronato para cada día y con antelación, pasando luego al entrar al barco por un contador de billetes, de manera que si hoy la tarifa es de 18 euros ida y vuelta, el importe final podría ser de 20 euros, de los que 2 quedarían para la financiación del Patronato, al igual que las cuotas por fondeo y las multas, pues no tiene ningún sentido que de las visitas a Cies se aprovechen los transportistas, los restauradores, los del camping, etc. y el Patronato, “a verlas venir”. Por supuesto, a la compañía que incurriese en estafa le sería retirada la licencia, medidas todas ellas que habrá que regular en el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque, que el Patronato aun no ha sido capaz de afrontar, por incapacidad en la gestión, por plegarse a los intereses de explotación del Parque, y por no tener lo que hay que tener.
Señor Nuñez Feijóo, usted ha sido elegido democráticamente y no tendría sentido pedirle su dimisión por este asunto que evidentemente no controla, pero desde el Conselleiro, pasando por el Director General y finalmente por el Presidente del Patronato, cuanto más nos acercamos a éste, por absoluta inacción y pasiva negligencia, el cese parece más evidente (el no cobrar por ello no ha de presuponer tal dejadez), al tiempo que urge crear una Junta Rectora que se ponga manos a la obra, a fin de aprobar el preceptivo Plan Rector y aligerar el número de miembros del Patronato, donde la mayoría no pintan absolutamente nada en estos cometidos, exigiéndoles al resto (dotados de conocimientos sobre el particular) una mayor dedicación, efectividad y cariño por el puesto que digitalmente les ha sido asignado.

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Miguel Font Rosell

Licenciado en derecho, arquitecto técnico, marino mercante, agente de la propiedad inmobiliaria.

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