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Tasa Tobin: ¡Es la propaganda, estúpidos!

Impuesto sobre las transacciones Financieras

Tasa Tobin: ¡Es la propaganda, estúpidos!

Tras meses de amenazas, este 18 de febrero de 2020, por fin, el Gobierno social-comunista que encabeza Pedro Sánchez ha aprobado en Consejo de Ministros el Impuesto sobre las Transacciones Financieras, erróneamente conocido como Tasa Tobin.

La medida grava con un 0,2% las compras de acciones de aquellas empresas con una cotización bursátil superior a los 1.000 millones de euros.

Con ella, el Gobierno pretende recaudar hasta 850 millones de euros al año.

La tasa Tobin o ITF (Impuesto a las transacciones financieras) es un tipo de tasa sobre las transacciones financieras que fue propuesta por el economista estadounidense James Tobin en el año 1971.

El objetivo de James Tobin, -lejos de las ilusas pretensiones del gobierno- era encontrar una fórmula para controlar la volatilidad del tipo de cambio en el spot de las divisas.

Tobin encontró dos vías para lograr tal control de la volatilidad. La primera era ir «hacia una divisa común, una política monetaria y fiscal común y la integración económica«. La segunda sería converger «hacia una mayor segmentación financiera entre naciones y áreas monetarias, permitiendo a los bancos centrales y a los gobiernos una mayor autonomía en sus políticas destinadas a sus específicas instituciones económicas y objetivos«. La solución preferida por Tobin fue la primera, pero al no encontrarla políticamente viable abogó por la segunda opción. En sus propias palabras: «por lo tanto recomiendo, lamentándome por ello, la segunda, y mi propuesta es introducir algún tipo de palo en las ruedas de nuestros excesivamente eficientes mercados internacionales de dinero». Y ese «palo en las ruedas» al que refería, no era otro que sugerir una tasa sobre todas las conversiones spot de una moneda en otra divisa, proporcional al tamaño de la transacción.

Como verán, ni el origen ni la motivación de la comúnmente llamada Tasa Tobin en nada tiene que ver con la finalidad que persigue este gobierno al implantar un impuesto a las transacciones financieras, que no es otro que un fin recaudatorio; diferenciación por otro lado que no es de extrañar, pues pongo en cuarentena que muchos de los miembros de este gabinete conozcan a Keynes, como para saber quién fue James Tobin, ni lo que significa volatilidad, ni mucho menos spot de divisas.

Por tanto, mejor hablar de Impuesto a las transacciones financieras que de Tasa Tobin.

El problema -independientemente de lo anterior- es que este impuesto no es más que una mera propaganda (como casi todo en este gobierno) para contentar a esas bases socialcomunistas sedientas de coto y acoso al capitalismo-salvaje-financiero-bursátil-fascista-heteropatriarcal-opresor (por decir algo) objetivo de su lucha vital, pues en la práctica, el impuesto en cuestión se prevé que tenga una escasísima eficacia recaudatoria y, por el contrario, genere una serie de perjuicios más que evidentes a diferentes sectores, empezando por una amplia clase media española que ve cómo le siguen poniendo palos en la rueda en su camino por poder ahorrar.

Este gobierno -que recordemos está integrado por algunos ministros manifiesta y abiertamente comunistas-, en su obsoleta y sectaria cosmovisión que asocia mentalmente todo aquello que suene a “mercado financiero”, “bolsa de valores”, “transacción bursátil” a las élites financieras y corruptas (sí, también Soros, presidente), se olvida de que en los mercados financieros además de señores gordos con chistera y puro, también interactúan miles, decenas de miles, centenares de miles, millones de ahorradores particulares de clase media, bien directamente, bien indirectamente a través de fondos de inversión, planes de pensiones, privados, colectivos, de empresas, etc; asimismo, olvida este gobierno que el mercado de valores es la manera más eficiente, líquida, transparente y efectiva conocida hasta la fecha para canalizar ahorros privados hacia empresas que necesitan de flujos dinerarios para sus proyectos, los cuales, de salir bien, generarán beneficios, empleos, retornos, y, finalmente, impuestos para el gobierno y beneficios para los que invirtieron en ellas. Me da cierta cosilla, por no decir vergüenza, escribir el corolario anterior en pleno 2020, pero parece que todavía hay miembros y “miembras” del gobierno que no han pillado la secuencia, o si la han pillado prefieren el cinismo de obviarla por contentar bases y votos.

En este sentido, y es para ponerse serios, la patronal de Instituciones de Inversión Colectiva, INVERCO ha lamentado la determinación del Gobierno de aprobar próximamente el Impuesto sobre las transacciones financieras, en tanto que desincentivará la inversión en la renta variable española. «En la medida en que los planes de pensiones y fondos de inversión inviertan en empresas cotizadas españolas, este impuesto tendrá un impacto en su rentabilidad«.
Este nuevo impuesto socialista (es posible que el PSOE ostente el récord mundial en creación de nuevos impuestos desde 1.982), afectará negativamente todos los sectores del mercado: desde inversores minoristas (nada de señores gordos con chistera y puro), a las propias empresas cotizadas, a los intermediaros financieros, a los planes de pensiones y, por ende, al propio sistema público de pensiones que necesita del apoyo de los recursos privados de ahorro por parte de los ciudadanos para complementar la precaria situación de la tesorería del sistema de pensiones de la Seguridad Social.


Por último, y no menos importante, será el efecto negativo en nuestro principal índice bursátil, el Ibex 35, que no ha sido capaz de remontar desde la última gran crisis financiera del 2.008 como sí lo hicieron los otros índices europeos y, especialmente los americanos con el Dow Jones de Industriales y el S&P 500 que han multiplicado por más de 10 veces sus precios en estos años.

En fin, a perro flaco, todo son pulgas…

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Autor

Alberto Herrero Chalud

Licenciado en Derecho por la UCM, Máster en Derechos de Mercados Financieros por la Universidad Pontificia de Comillas-ICADE y Certificado de Especialista Financiero por AFI.

Expertos
Alberto Herrero ChaludFinanzas

Licenciado en Derecho por la UCM, Máster en Derechos de Mercados Financieros por la Universidad Pontificia de Comillas-ICADE y Certificado de Especialista Financiero por AFI. Actualmente Socio Fundador de Mulhacén Asset Management. Con una experiencia de más de 15 años como Banquero privado en entidades independientes -Arcalia Patrimonios, Nordkapp Inversiones y Banco Madrid-, en sus divisiones de Banca Privada, actualmente es socio fundador junto a Silvia Rubín de Celis en Mulhacén Asset Management. Especialista en gestión patrimonial y asesoramiento fiscal a clientes.

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