El dueño de la Sala Flower's niega la versión contada por la trabajadora sexual

La impactante historia de Evelin, la prostituta colombiana que derrotó a uno de los mayores burdeles de España

El Tribunal Supremo la convirtió en la primera trabajadora sexual de España a quien se le reconoce una relación laboral con el prostíbulo

La impactante historia de Evelin, la prostituta colombiana que derrotó a uno de los mayores burdeles de España
Evelin Rochel PD

Evelin Rochel tiene una impactante historia de vida.

Cuando la colombiana se atrincheró en la habitación 113 de la Sala Flower’s, en febrero de 2017, no tenía cómo sospechar que estaba punto de embarcarse en una feroz batalla judicial con uno de los mayores burdeles de España.

Una lucha que ganó al cabo de cuatro años y de muchas idas y venidas a los juzgados.

El triunfo final se lo dio un reciente e inédito fallo del Tribunal Supremo que la convirtió en la primera trabajadora sexual de España a quien se le reconoce una relación laboral con el prostíbulo en el que ejercía, algo que el propietario sigue negando.

Antonio Herrero, el dueño de la Sala Flower’s, a la que se refiere como una discoteca erótica con un hotel adjunto, dice que el fallo del máximo tribunal del país es «incorrecto», lo describe como una «barbaridad» y asegura que Rochel jamás fue empleada suya.

De Barranquilla a España

Nacida en Barranquilla, ciudad ubicada en la ribera occidental del río Magdalena, a poco más de 7 kilómetros de su desembocadura en el Caribe, Rochel arribó al País Vasco a los 22 años, hace ya dos décadas.

Tras trabajar durante un par de años como limpiadora de hogar o camarera, por un cúmulo de circunstancias acabó dedicándose a la prostitución, una actividad que en España no está regulada por una ley concreta y no es en sí ilegal.

Pero mientras su ejercicio no está prohibido en el Código Penal, sí lo están la explotación y el proxenetismo; esto es, lucrarse con «el ejercicio de la prostitución ajena».

Rochel empezó en Empuriabrava (Girona, Cataluña). Luego pasó por el mítico Riviera de Castelldefels —el que fuera el mayor prostíbulo de Cataluña hasta ser clausurado en 2009 por un caso de corrupción policial— y por otro local en Barcelona, hasta que en el 2002 recaló en la Sala Flower’s, donde trabajaría los siguientes 15 años.

Es un complejo situado en el municipio madrileño de Las Rozas, compuesto por el club, donde cuenta que captaba a los clientes, y un apartahotel adjunto, en el que mantenía las relaciones sexuales con ellos.

Una revolución

Era noviembre de 2016 y España apenas se recuperaba de años de una crisis económica que golpeó a la mayoría de los sectores, incluido el del alterne.

Para hacer frente a la situación, los empresarios de la Sala Flower’s decidieron exigir su presencia en el local durante 12 horas sin descanso, de 5 de la tarde a 5 de la mañana.

«Además nosotras mismas teníamos que limpiar el cuarto después de estar con el cliente y nos cargaban la responsabilidad de cobrarle cinco euros más por cada media hora de uso de la habitación. Y si nos olvidábamos, lo teníamos que pagar nosotras».

A lo que agrega que «además, nos dijeron que si queríamos descansar, si un día estábamos enfermas o nos había bajado la regla y no podíamos trabajar, debíamos pagar 120 euros, lo que para mí era una multa».

Descontenta, la nueva situación la llevó a emprender «una pequeña rebelión». Juntó al medio centenar de compañeras y lideró una protesta.

Ante la amenaza de una huelga, el jefe aceptó reunirse con ellas y, tras negociar, decidió que las nuevas reglas no aplicarían a las trabajadoras antiguas.

Sin embrago, el dueño de la Sala Flower’s, Antonio Herrero, rechaza la versión y afirma que la protesta que lideró Rochel se debió a que se les subió el precio de la habitación del hotel, de la que podían entrar y salir cuando quisieran.

El conflicto fue escalando y llegó hasta los tribunales, donde el Tribunal Supremo que la convirtió en la primera trabajadora sexual de España a quien se le reconoce una relación laboral con el prostíbulo.

Una gran victoria para Rochel, la colombiana que salió de Barranquilla a España en búsqueda de una vida mejor.

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