Las nuevas reglas sobre los autos eléctricos podrían salir caras para los fabricantes

Vehículo eléctrico
Vehículo eléctrico Lee Rosario en Pixabay

El mundo automotriz avanza cada vez más hacia lo eléctrico. Reducir el impacto ambiental de los automóviles se ha convertido en una prioridad para enfrentar de la mejor manera la crisis climática que afecta al mundo entero, y las nuevas regulaciones van en esa dirección. Los fabricantes, por lo tanto, están llamados a adaptarse a estos nuevos desafíos para sobrevivir en el mercado, mientras que los consumidores intentan orientarse dentro de una oferta muy diversa. Los automóviles eléctricos siguen siendo en promedio más costosos, pero los conductores pueden aprovechar algunas oportunidades de ahorro, como las ofrecidas en la web, también en lo que respecta a las piezas de repuesto, por ejemplo. Existem varias plataformas donde se pueden encontrar repuestos de coches eléctricos de diferentes marcas como recambios Mercedes, Opel, Toyota, etc.

En este artículo, por otro lado, vemos qué esperar del futuro de los automóviles eléctricos.

El Brexit y el cambio de normativa

La alerta fue lanzada recientemente por la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) y por los fabricantes de automóviles de ambos lados del Canal de la Mancha: las nuevas reglas comerciales establecidas después del Brexit que afectan al mercado de los vehículos eléctricos podrían costar a las casas automotrices europeas alrededor de 3,75 mil millones de libras en los próximos años, según lo calculado por una asociación del sector. La ACEA, además, ha estimado el peligro de que las nuevas medidas puedan llevar a una contracción de la producción en las fábricas de la Unión Europea, con casi medio millón de vehículos menos.

Las regulaciones a las que se refieren estos cálculos son las que afectan a la fase de producción: las nuevas reglas, de hecho, han sido escritas para garantizar que los autos eléctricos producidos en la Unión Europea estén compuestos en gran parte por partes de origen local, también para buscar una contracción de los precios que beneficiaría a los consumidores: pero ¿será realmente así?

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Según algunos expertos, el peligro es que sea un autogol

Desde enero entraron en vigencia las nuevas reglas que se aplican a los autos que cruzan el Canal de la Mancha y que fueron establecidas por un acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea después del Brexit. En resumen, se establece que los autos eléctricos deben tener baterías producidas en el Reino Unido o en la Unión Europea, mientras que para aquellos que no pueden cumplir con este criterio se impondrá un arancel del 10% para el transporte a través del Canal de la Mancha en ambas direcciones, es decir, desde Europa hacia el Reino Unido y desde el Reino Unido hacia Europa. Este acuerdo fue pensado para limitar las importaciones, pero la producción de baterías en Europa no ha crecido como se esperaba y los fabricantes de automóviles, hoy, parecen tener dificultades.

Los nuevos desafíos de 2024: perspectivas y preocupaciones

Todo esto, inevitablemente, representa un problema serio para todos los fabricantes europeos. El Reino Unido, de hecho, es uno de los mercados de exportación más grandes: solo el año pasado llegaron a los puertos del Reino Unido más de un millón de vehículos. Pero también son muchos los autos construidos en el Reino Unido que se envían a la Unión Europea. Las nuevas reglas, que como hemos visto imponen aranceles elevados, podrían aumentar los costos de producción de los autos eléctricos, con posibles repercusiones en los precios de venta.

Por este motivo, la ACEA está recurriendo con insistencia a la Comisión Europea, solicitando una postergación de tres años de la entrada en vigor de las nuevas reglas. Luca De Meo, CEO de Renault y presidente de ACEA, ha expresado recientemente una gran preocupación, sosteniendo que el aumento de los precios de los vehículos eléctricos para los consumidores es un favor para la competencia, que en este momento es muy fuerte y que podría fácilmente arrebatar cuotas de mercado a expensas de los fabricantes europeos.

¿Qué podría suceder ahora?

Para posponer las reglas, como se solicita, se necesitaría un nuevo acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea, pero si desde Londres se filtra cierto optimismo sobre la posibilidad de una nueva negociación, Bruselas sostiene que no se debería intervenir nuevamente en acuerdos ya establecidos. La visión de la Comisión Europea, de hecho, es diferente: con el cambio en las relaciones comerciales entre el Reino Unido y la Unión Europea provocado por el Brexit, este acuerdo nació de la urgencia de acordar un equilibrio entre los compromisos respectivos y, específicamente, para tratar de intensificar y fortalecer la producción de baterías también en la Unión Europea. Sin embargo, desde la ACEA, se transmite cierta insatisfacción: la UE es acusada de reluctancia a negociar sobre temas relacionados con el Brexit.

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Autor

Manuel Trujillo

Periodista apasionado por todo lo que le rodea es, informativamente, un todoterreno

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