Pero poca gente está dispuesta a pedir que se retiren esas celebraciones al contrario de lo que ocurre con el crucifijo
Los puentes son un respiro de aire fresco en la vida cotidiana: significan la posibilidad de huir del cada día para refugiarse en algo distinto durante un paréntesis de tranquilidad, de acuerdo a las posibilidades económicas de cada uno; se supone que también son una inyección para el sector turístico que cobra sus mejores y más altos precios y tiende a la ocupación plena.
En España, la presencia de la religión en la vida cotidiana marca muchos días festivos; celebraciones sagradas para vacaciones laicas. La Navidad española se prolonga más que ninguna otra del mundo.
Prácticamente desde el 22 de diciembre, día sagrado de la Lotería de Navidad, hasta el siete de enero, que según dicte el calendario se puede alargar hasta el primer lunes después de la festividad de Los Reyes Magos.
En el resto del mundo se ponen a trabajar el día 2 de enero y los farolillos se apagan ese mismo día.
El Concordato con la Santa Sede marcó un calendario de fiestas religiosas con consecuencias económicas.
Pero poca gente está dispuesta a pedir que se retiren esas celebraciones al contrario de lo que ocurre con el crucifijo. Se quiere ser laico para algunas cosas y confesional para otras.
Lo que dictaría la razón, sobre todo en épocas de crisis, sería el traslado de los días festivos al lunes más próximo evitando los puentes que cruzan sobre día que en principio son laborables para evitar la proliferación de vacaciones al cabo del año que sin duda perjudican la productividad.
Son estos debates pendientes en una sociedad animada a debatir sobre lo superfluo hasta la extenuación y evitar las reflexiones serenas sobre los asuntos que tienen consecuencias económicas.
Desde el punto de vista de la industria turística también es discutible la concentración de días festivos. Juntar las vacaciones en el mes de Agosto significa llenar hoteles en ese mes y tenerlos medio vacíos el resto del año.
Parecería mucho más razonable escalonar las vacaciones. Pero todo esto está contenido y debiera ser un apéndice de la Ley de Economía Sostenible y materia de negociación con los sindicatos y los empresarios.