Continuará la tendencia descendente del consumo en 2013, como consecuencia del alza del paro, la moderación salarial y las alzas impositivas
El próximo ejercicio no será el de la recuperación económica. Será el año de la transición, el punto de inflexión que nos encaminará hacia la salida de una crisis que ya suma cinco años.
Eso sí, la leve mejoría, que se comenzará a notar en 2013, será lenta y llegará en la segunda mitad del año. Una recuperación que tendrá que cumplir una serie de condiciones, que pasan porque el Gobierno culmine las reformas iniciadas.
Moncloa mantiene su previsión de que el PIB caiga el próximo año un 0,5 por ciento. Pero los expertos creen que, en el mejor de los casos, superará levemente el 1 por ciento.
El diario elEconomista ha realizado una encuesta entre las principales patronales españolas, sin excluir ningún sector económico.
Desde el turismo, hasta las patronales regionales, pasando por los empresarios a nivel nacional. Los expertos del ámbito macroeconómico y microeconómico coinciden en su diagnóstico: la luz se comenzará a ver al final del ejercicio.
Para ello, el Ejecutivo no puede dormirse y debe continuar con las reformas e incluso profundizar en algunas.
Desde CEOE lo tienen claro:
«2013 terminará, desde el punto de vista económico, mejor de cómo va a empezar».
Aunque también esperan que la posible recuperación se producirá en la segunda parte del año.
«Será muy lenta y que el PIB registraría una caídacercana a la de 2012 (-1,3 por ciento), con un perfil ascendente».
El director general del IEE pone cifras: la caída será menos dura de lo inicialmente esperado y acabará en torno al -1 ó -1,15 por ciento.
Por supuesto, la luz se comenzará a ver al final del año. Para Trigo, el conflicto de Iberia es ya «bastante grande» como para que tenga un impacto negativo al principio del año.
Desde Funcas, María Jesús Fernández advierte de que nos adentramos en un ejercicio que «va a seguir siendo duro«, pero en el que «quizá, al final» se produzca una «pequeña estabilización».
Desde Funcas recuerdan sus previsiones, que apuntan a caídas del PIB durante los tres primeros trimestre, que se irían moderando hasta dar paso a un ligero crecimiento en el cuarto.
Este perfil trimestral dará como resultado un retroceso del PIB anual de 1,5 por ciento.
En Funcas inciden en que «en 2012 la actividad y el empleo han ido de más a menos, mientras que en 2013 esperamos que vayan de menos a más».
«2013 abriría la puerta a la recuperación que debería producirse ya de forma apreciable en 2014».
En la misma línea se posiciona el presidente de UPTA, Sebastián Reyna. En su opinión, 2013 no será el año de la recuperación, sino que «en todo caso habrá algo de mejora».
«Podría ser el año de la transición, aunque con un pero, ya que se produciría a final del año, y no sería un cambio de tendencia, sino algo de mejora».
Menos optimista con la evolución de la economía es el portavoz de Agett, Lorenzo Rivarés.
Aunque comparte la opinión de que entramos en el año del «punto de inflexión», no espera que el PIB muestre aún mejoras.
Por el contrario, se prepara para un retroceso del 2 por ciento, pues «el consumo privado y público van a continuar cayendo».
También fechan la mejora: desde el cuarto trimestre.
Respecto al consumo, el presidente de Cepyme también incide en que el gasto de las familias continuará la tendencia descendente en 2013, como consecuencia del alza del paro, la moderación salarial y las alzas impositivas.
Sobre el problema del desempleo, que salvo el Ejecutivo, todos los analistas e instituciones internacionales sitúan por encima del 25 por ciento para el próximo ejercicio, también hace hincapié Joaquim Gay de Montellà, presidente de Fomento de Trabajo.
«El desempleo continuará creciendo pero de forma más atenuada».
El secretario general de los Técnicos de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, recuerda que todas las previsiones apuntan a que entramos en un año con más paro.
Por su parte, la Asociación de Empresas de Consultoría previene de que 2013, aunque «será el año en el que se tocará fondo, será muy duro en empleo».
De nuevo el plazo lo fijan para la segunda mitad del año, cuando esperan que muchos sectores ya hayan finalizado el ajuste.
Los deberes
Para que comience a producirse una mejora, aunque sea tardía, el Ejecutivo no debe dejar de hacer reformas o culminar las iniciadas.
En CEOE creen «imprescindible» que el Gobierno profundice en algunas de las reformas estructurales que ha llevado a cabo y emprenda otras, como la desburocratización de la economía, la unidad de mercado, el estímulo de algunas modalidades contractuales como el tiempo parcial o los contratos de empleo/formación para jóvenes.
Marta de Castro, secretaria general de la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (Unacc) habla de tres exigencias para crecer y crear empleo: concluir la reestructuración financiera; seguir reequilibrando las cuentas públicas para cumplir con los objetivos fijados por Bruselas, que debe acompañarse de la reforma de las administraciones públicas y la unidad de mercado; y conceder una mayor atención a pymes y autónomos.
Gestha insiste en erradicar el déficit y el fraude. Para ello apuestan, entre otras medidas, por la aprobación de un impuesto de transacciones financieras, aumentar el impuesto de patrimonio, eximir del pago por la adquisición de deuda pública, e incidir en un impuesto de sociedades a grandes empresas.
Para Unespa, que 2013 sea el año de la recuperación depende de que «de una vez por todas» se recorte «de verdad y en profundidad» el gasto público, y que se deje hacer su trabajo a los empresarios y emprendedores.
La Asociación Española de Cogeneración (Acogen) cree que se podrían dar las condiciones para reactivar la economía real, si se cierra la etapa de «fuertes medidas de choque para el equilibrio financiero».
Dos son las condiciones: no alzar los esfuerzos ya aplicados a los factores clave y recuperar la financiación y la confianza empresarial.