El Acento

Antonio Florido

(56) Cartas en torno a un jardín

Veintidós cartas de Rilke a “mi querida señorita”. No muy extensas, pero con un lenguaje preciosista, maravilloso, sensuales, coloridas, aromadas y carentes de pedantería. Veintidós cartas de las de antes escritas con la mano de un artista que también habla de sus amigos de la elite intelectual de su época, como Valèry, Baudelaire… Hablamos de los años 1924 a 1926. En ellas Rilke conversa en la distancia con un amor lejano y apasionado (desde Muzot, en Suiza). Dice, refiriéndose a otro asunto, pero entendiendo que las palabras van dirigidas a la doncella: “Su abundante belleza se da a quien insiste”.
Rainer María Rilke (1875-1926) ya lleva mucho tiempo enfermo. En algún pasaje confiesa de manera subrepticia que desde los veintidós. Muere el mismo año de 1926, cuando apenas cruzó los cincuenta. El asunto mollar de esta correspondencia son los consejos que Rainer solicita a la damita para mantener esplendente su propio jardín de Muzot. Eso, en apariencia. Rasgando un poco, entendemos que se trata de un amor enclaustrado en el aroma de las flores, entre glicinias y anémonas, que flotando en el cielo del jardín, pretende alcanzar la belleza efímera que se le escapa. Terrible es comprender que él mismo sabe ya que nunca logrará su objetivo: Morirá sin remedio, en poco tiempo. A pesar de esta evidencia, Rilke muestra hasta la última de las misivas, una claridad de mente inusual, así como un deseo obsesivo por la vida, que se va de las manos, un ardor por seguir día a día escribiendo, cruzando las cartas esas distancias infinitas, esperando la llegada de las de ella, que no se demoran en absoluto. Un pasaje hermoso y demostrativo de cómo la voluntad, cuando es alimentada por la vehemencia de la sangre, pervive hasta el último de los instantes.
En estas cartas, pues, dirigidas a una joven amiga ¿amiga?, a quien le pide consejos para arreglar su jardín (léase su corazón), Rilke despliega toda su sensibilidad de poeta y nos hace compartir sus vivencias, sus preocupaciones y sus estados de ánimo en los años inmediatamente anteriores a su muerte.
Vale.

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Autor

Antonio Florido

Antonio Florido nació en Carmona (España), en 1965. Estudió Mecánica, Ingeniería Industrial y Ciencias Políticas. Aunque comenzó su oficio de escritor con la poesía, reconoce que se sintió tan abrumado por la densa humanidad de este género que tuvo que abandonarlo

Antonio Florido

Antonio Florido nació en Carmona (España), en 1965. Estudió Mecánica, Ingeniería Industrial y Ciencias Políticas. Aunque comenzó su oficio de escritor con la poesía, reconoce que se sintió tan abrumado por la densa humanidad de este género que tuvo que abandonarlo

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