A Contracorriente

Enrique Arias Vega

Qué es franquista y qué no

El pleno debate parlamentario, el líder socialista, Pedro Sánchez, le ha acusado a Mariano Rajoy de hacer suya la “frase franquista” de “la calle es mía”.

La susodicha frase, de ser cierta, pertenece a Manuel Fraga, cuando Franco estaba ya criando malvas. Se demuestra pues, una vez más, la ignorancia de la clase política sobre nuestro pasado reciente. ¡Y no digamos ya sobre el más remoto…!

Resulta que aquí se atribuye al régimen franquista hasta la famosa gripe española, cuando algunos de sus logros —pocos, pero también los hubo— fueron puestos en valor por la democracia española, más en concreto por el gobierno de Felipe González. Me explicaré.

El régimen que surgió de la sublevación militar de 1936 fue una dictadura atroz, cimentada en medio millón de muertos y otro millón de exiliados. Se practicó una represión indiscriminada, hubo purgas políticas que llevaron a la muerte civil de muchos compatriotas y se suprimieron los derechos humanos más elementales. Dicho así, para resumir pronto y rápido.

Pero, para sobrevivir 39 años, el régimen lo hizo con la demagogia primero, y con la apertura después. Así, frente a la supresión de sindicatos, huelgas y otros instrumentos de defensa obrera, creó las pagas extraordinarias, institucionalizó la seguridad social y dignificó la formación profesional mediante las universidades laborales. Al llegar la democracia, no suprimió todo eso de un plumazo sino que, al revés, lo amplió, lo generalizó y permitió participar en su gestión a los sindicatos de clase recién reinstaurados.

Estas cosas hay que recordarlas porque, como decía el filósofo hispano-norteamericano Jorge de Santayana, “los pueblos que no recuerdan su historia están condenados a repetirla”. Otro filósofo, este de Tréveris, Karl Marx, fue más lejos e ironizó con que “la historia no se repite, sino que se caricaturiza”.

Pues eso. Hace 80 años, los fascistas también arremetían contra los políticos, los partidos y lo que hoy algunos denominan Casta. Hablaban de su corrupción, de su amiguismo y de la necesidad de suprimirlos, Incluso enumeraron en unos puntos de Falange Española, que había que hacer para “tomar el poder”, como alguna vez he oído a Pablo Iglesias, de Podemos.

Por eso, me temo que hoy día hay más franquistas de lo que ellos mismos creen.

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Autor

Enrique Arias Vega

Periodista y economista bilbaíno, diplomado en la Universidad de Stanford (USA), lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundode Nueva York.

Enrique Arias Vega

Periodista y economista bilbaíno, diplomado en la Universidad de Stanford (USA), lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundode Nueva York.

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