Pasan las semanas del verano y yo porfío con mi tesis. Picando piedra. Tomando datos de allá y acullá. Aceptando que es una larga maratón. Que la constancia es el factor clave de éxito.
(Mis horas sedentarias acarrean secuelas en forma de conatos de tendinitis. Intento corregir mi postura, desentumecer mi cuello y prodigar los descansos. Debo llegar «vivo» a la meta).