Se estila en estos últimos días del año elegir la palabra que mejor lo representa. En 2020 se prodigan los términos vinculados a la pandemia por corona-virus. En Dinamarca, por ejemplo, la palabra candidata a ganar es «samfundsing», que alude al buen sentido de lo colectivo. Algo así como solidaridad.
Para mí la palabra del año es ignorancia. Ignorancia no sólo en lo que desconocemos sino en la actitud para afrontar los retos sin la humildad que debiéramos haber aprendido después de unos cuantos siglos de historia.
La ignorancia que prolifera entre la clase dirigente y que se viraliza sin cortapisas.
Es esa misma ignorancia la que ha puesto el mundo al borde del desastre ecológico. Y es también la ignorancia que nos impide reaccionar a la velocidad correcta.