Hay mucha gente convencida de que todo es estrategia electoral y que el de Podemos maniobra para no contaminarse con los chanchullos de su novia
Él, Pablo Iglesias, tiene 36 años y es el líder máximo, icono político y estandarte de Podemos. Ella, Tania Sánchez, tiene 35 y sigue siendo –a pesar de su muchos chachullos– la candidata de IU a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Y desde hace tres años eran pareja, novios, compañeros o lo que se les ocurra.
Sobre el papel, ella sigue residiendo en su dúplex de Rivas y él en un piso heredado en Vallecas, pero compartían todo, desde escapaditas a la sierra Gredos dónde él posee un chalecito al refugio nocturno de ella en Rivas, donde la dipoutada gozó en su época de un piso VPO. Y compartían sobre todo ideología y proyectos, incluido el de convertise pronto en ‘rey y reina’ de la izquierda española.
Pasaron juntos la Nochevieja de 2014 y de repente, vía redes sociales que es donde Tania y Pablo navegan más cómodos, se filtra la noticia de que han roto, que el amor se ha ido y que la distancia, los viajes, el ajetreo cotidiano y tanta tertulia, mitin y lío han terminado por agobiarles (Pablo Iglesias rompe con Tania Sánchez para no contaminarse ‘políticamente’ con sus chanchullos).
Cuenta Cote Villar en ‘El Mundo’, que Tania Sánchez, que esta semana ha optado por quitarse de en medio alegando un problema familiar, no quiere explicar nada:
«No me parece que mi vida privada sea relevante para un diario como El Mundo».
Pablo Iglesias, que anda en Grecia del brazo de Alexis Tsipras, líder de Syriza y que este domingo se apuntará como propios los resulktados electorales helenos, tampoco suelta prenda:
«Cuando uno está en eso, vislumbrando el poder del cambio con mayúsculas, los asuntos sentimentales pasan a la lista de los ‘whatsapp’ sin responder».
Han sido sus colegas, tanto los amigos como los enemigos, quienes mueven el braserillo y, como en todas estas cosas, las versiones difieren radicalmente según quien las cuente («Lo de Pablo y Tania no es tan novedoso como lo de Monedero, que según Iglesias es el empresario con que sueña»).
El sector de IU afín a Tania Sánchez explica que la decisión «la tomó ella por diversos motivos».
En Podemos ha cundido la versión contraria, que ha sido Iglesias quien ha preferido no lesionar más su futuro político a costa de su relación con Tania.
En la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense, cuna y vivero de Podemos, los profesores hacen un análisis ‘geopolítico‘ del desamor de la pareja.
«Ha sido una cuestión de distancia. Desde que Pablo es eurodiputado, Tania se había quejado en privado de que apenas tenían tiempo para verse, porque él pasa la mayor parte de la semana en Bruselas y cuando está en Madrid no para».
«Sus obligaciones como secretario general de Podemos y en los medios de comunicación hacían prácticamente inviable pasar un rato juntos. Por no hablar de que salir con Iglesias a tomar una caña, un plan simple, se había convertido en un horror, porque le paran todo el rato».
Hasta aquí la versión oficial: la distancia física.
La otra, la que circula entre el personal, es más enrevesada. Nadie habla de terceras personas, ni siquiera cuando algunos quisieron ver algo más en su estrecha colaboración con Dina Bousselham, una bella marroquí de 24 años que se ha convertido en su mano derecha en la Eurocámara.
Lo cierto es que pasaron el fin de año juntos en la casa que Pablo Iglesias tiene cerca de la sierra de Gredos, en Ávila.
Y todavía bajo el mareo que producen la mezcla de cava, turrón y uvas empezaron a acumularse los disgustos (Tania Sánchez autoinyectó dinero público a la asociación que creó con su hermano).
Ya hacía semanas que rara era la semana que no saltaba un escañndalo en Rivas Vaciamadrid, donde Tanía fue concejal, su padre también, su hermano se benefició de subvenciones a manta y todos los Sánchez pillaron algo pero la presentación por parte del Partido Popular de una querella en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid contra la candidata de IU colmó el vaso.
En esa querella se acusa a Tania de malversación, prevaricación y tráfico de influencias por supuestas contrataciones irregulares por valor de más de un millón de euros.
Esa querella, según ‘El Mundo’, abrió el peor escenario para la vida política de Tania, ya de por sí muy convulsa, y también para su vida personal.
De ser admitida a trámite, es muy posible que Sánchez termine ‘querellada‘ y es fácil aventurar lo que para Pablo Iglesias, en plena campaña electoral, significaría tener una pareja imputada por temas de corrupción (El PP le da para el tinte de pelo a Tania Sánchez: querella criminal por malversación, tráfico de influencias y prevaricación ). La ecuación es desastrosa.
Y cómo en política como en los negocios casi siempre pesan mucho más los intereses que los sentimientos, el líder de Podemos concluyó que toca la hora de poner tierra por medio (El portavoz de IU en Madrid no le hace el caldo ‘Gordo’ a Tania Sánchez: «No debe ser candidata»).
Es lo que sostiene el sectores de IU que exige a Tania que se eche a un lado, y explique sus chanchullos:
«Lo de la ruptura es un cuento chino. Es una estrategia, estoy seguro, para distanciarse de cara a este año electoral. Luego asistiremos a una tierna reconciliación» (Ignacio Camacho: «Tania Sánchez ha quedado muy tocada como candidata de IU y de rebote Pablo Iglesias» ).
Sus amigos, los del sector de IU que pugnan por fundirse con Podemos, niegan la mayor:
«Ésa es una visión maquiavélica propia de quien no conoce a Tania, que si tiene algo es determinación y carácter. No la veo capaz de fingir en su vida personal por su bien profesional o el de otros».