La madrugada del lunes 20 de abril de 2020 fue especialmente complicada para Aída Nízar y Fernando, su pareja. La televisiva, que incluso en pleno confinamiento por la crisis del coronavirus encabeza la controversia, fue detenida por una supuesta amenaza a su novio con un cuchillo en el domicilio madrileño donde cohabitan durante el estado de alarma, según adelantó Jaleos.
Todo apuntaría hacia un fuerte enfrentamiento entre ambos que precipitó la llegada de los agentes alertados por la propia víctima, que fue expulsada de la vivienda. Pese a que, en primera instancia, Nízar rehusaba de abrir la puerta, finalmente lo hizo; entonces, fue paralizada y trasladada a la comisaría del distrito de Hortaleza. Tras varias horas, fue puesta en libertad y, ahora, menos de 48 horas más tarde, ha roto el silencio para aclarar (a su manera) lo ocurrido.
«Efectivamente, no puedo impedir que hablen de mí y me calumnien. Lo que sí puedo lograr es que no me afecte, porque el que tiene fe en sí mismo no necesita la creencia de los mediocres. Yo acepto que cometan cualquier tipo de error conmigo, pero no las mentiras, porque esas no son errores, son decisiones con intenciones«, ha escrito tajante en su perfil de Instagram.
Así, Aída desmiente categóricamente el relato emitido por los medios en las últimas horas según el cual queda damnificada la imagen que ella misma había esbozado de su vínculo con Fernando, a quien se ha referido en más de una ocasión como «el hombre de mi vida».