La madrugada del 4 de julio de 2025 quedará marcada para siempre en la memoria colectiva de Texas.
Una inesperada y violenta crecida del río Guadalupe convirtió el corazón del estado en escenario de uno de los desastres naturales más mortíferos de las últimas décadas.
Según datos oficiales, al menos 24 personas han fallecido y entre 20 y 25 menores que participaban en un campamento infantil siguen desaparecidos tras las inundaciones súbitas que arrasaron la zona conocida como Hill Country, especialmente los alrededores de Kerr County y las localidades de Ingram y Hunt.
En cuestión de minutos, el caudal del río aumentó 26 pies (casi 8 metros), sorprendiendo a residentes, turistas y autoridades.
El aguacero, que descargó entre 5 y 11 pulgadas (hasta 28 cm) en menos de una hora según el Servicio Meteorológico Nacional, superó todas las previsiones disponibles.
El sheriff Larry Leitha lo describió como «una tragedia masiva», mientras que el gobernador Greg Abbott declaró oficialmente la zona como área catastrófica.
🚨 Tragedy in Texas: Flash floods along the Guadalupe River have claimed 13 lives. 23 young Christian girls from Camp Mystic are still missing. 💔
These are children—daughters, sisters, friends. Please keep them and their families in your prayers. 🙏 pic.twitter.com/mNGNCPyD6G
— Manni (@ThadhaniManish_) July 5, 2025
Cronología de la emergencia: caos y rescates a contrarreloj
Durante la noche anterior apenas llovió, lo que contribuyó a una falsa sensación de seguridad. Sin embargo, entre las cuatro y cinco de la madrugada, el agua comenzó a desbordarse con fuerza arrolladora. En ese momento se lanzaron alertas generalizadas e inició una operación sin precedentes: helicópteros, drones, lanchas y vehículos todoterreno participaron en la evacuación urgente de 237 personas, incluyendo 167 rescatadas desde el aire.
En el epicentro del desastre se encontraba Camp Mystic, un campamento femenino junto al río donde hasta 25 menores no pudieron ser localizados inicialmente. Equipos de rescate lograron acceder al recinto poco después del mediodía e iniciaron la evacuación progresiva de los supervivientes. La situación se complicó aún más por el hecho de que era un fin de semana festivo, con cientos de visitantes adicionales en la región.
- Al menos 24 muertes confirmadas hasta el anochecer del viernes.
- Entre 20 y 25 niños desaparecidos tras ser arrastrados por la riada.
- Más de 230 personas evacuadas, muchas por vía aérea.
- Declaración oficial de desastre para garantizar recursos estatales ilimitados.
La respuesta institucional: recursos movilizados y preocupación constante
La magnitud del desastre provocó una reacción inmediata desde todos los niveles administrativos. El gobernador Abbott firmó la declaración oficial para varios condados afectados, garantizando acceso prioritario a recursos técnicos, humanos y logísticos. Se desplegaron más de cien agentes estatales adicionales y siete helicópteros especializados con capacidad para izar víctimas desde zonas anegadas.
El presidente estadounidense también expresó su apoyo total al estado texano, comprometiendo recursos federales si fueran necesarios. El teniente gobernador Dan Patrick subrayó que «no había caído ni una gota hasta que golpeó la tragedia», resaltando lo imprevisible del fenómeno.
Las autoridades reiteran a los ciudadanos que eviten desplazamientos innecesarios por la zona afectada y extremen precauciones ante nuevas lluvias previstas.
Impacto social: conmoción en las comunidades y solidaridad inmediata
La catástrofe ha tenido un fuerte impacto emocional en las pequeñas comunidades ribereñas. Las imágenes de coches destrozados, casas inundadas y padres desesperados esperando noticias sobre sus hijos han recorrido los medios nacionales e internacionales.
Organizaciones civiles como la United Cajun Navy han lanzado llamamientos para sumar voluntarios a las labores de búsqueda durante el fin de semana. El despliegue solidario incluye equipos llegados desde Houston como parte del Texas Task Force 1 y decenas de cuerpos locales colaborando codo con codo.
Perfil: Camp Mystic, epicentro del drama
Camp Mystic es un histórico campamento femenino fundado hace casi un siglo junto al Guadalupe. Cada verano acoge a cientos de niñas procedentes de todo Texas para actividades deportivas, acuáticas y formativas. Su localización idílica junto al río se tornó fatídica cuando la crecida sorprendió a monitores y participantes sin margen para evacuar por tierra.
Anécdotas y curiosidades sobre Camp Mystic
- Es uno de los campamentos más antiguos e icónicos del estado.
- Ha recibido a generaciones enteras de familias texanas.
- En su historia nunca había afrontado una tragedia similar.
- Sobrevivientes relatan cómo algunas monitoras improvisaron balsas con colchones para salvar a grupos pequeños.
- Este año habían reforzado los simulacros tras inundaciones previas menores.
Desastres naturales en contexto: frecuencia e imprevisibilidad
Texas no es ajeno a los fenómenos extremos, pero lo ocurrido este julio supera precedentes recientes tanto por velocidad como por letalidad. La combinación de lluvias torrenciales repentinas sobre terreno reseco por altas temperaturas favoreció un efecto «tsunami» inesperado incluso para expertos locales.
Tabla comparativa: Grandes inundaciones recientes en Texas
Año | Muertes | Zona afectada | Característica principal |
---|---|---|---|
2025 | 24+ | Kerr County / Hill Country | Crecida súbita nocturna |
2017 | 88 | Huracán Harvey | Inundaciones urbanas prolongadas |
2015 | 31 | Wimberley/San Marcos | Desbordamiento rápido |
Las autoridades advierten que este tipo de fenómenos puede repetirse debido a patrones meteorológicos extremos cada vez más frecuentes.
Mirando al futuro: desafíos para la gestión del riesgo
El desastre ha reabierto el debate sobre protocolos preventivos en zonas turísticas próximas a cauces fluviales. Expertos plantean revisar mapas de riesgo e instalar sistemas automáticos avanzados capaces de emitir alertas incluso ante tormentas inesperadas.
Mientras tanto, continúa la búsqueda incansable para localizar a los desaparecidos y atender a las víctimas directas e indirectas. El drama humano detrás de las cifras recuerda la importancia vital tanto del apoyo comunitario como del refuerzo institucional frente a desastres naturales cada vez menos predecibles.