Ana Julia Quezada ha llorado durante el juicio por el crimen del niño cuando su abogado relató que lo mató sin querer. El letrado de los padres aseguró que en realidad quería descuartizarlo

Según la acusación, el pequeño Gabriel Cruz agonizó durante casi una hora por «una somanta de palos»

Según la acusación, el pequeño Gabriel Cruz agonizó durante casi una hora por «una somanta de palos»

Comienza el juico y con él llegan todos los detalles del cruel crimen. El pequeño Gabriel Cruz sobrevivió a los primeros golpes que le asestó Ana Julia Quezada con un objeto contundente entre 45 y 90 minutos, según la acusación. «Le dio una somanta de palos». Luego la acusada cogió una pala que había llevado a la finca rural de Rodalquilar (Almería) días antes y cavó un agujero mientras el niño «agonizaba». Gabriel estuvo casi una hora con posibilidad de salvarse. Son palabras del abogado Paco Torres que ejerce la acusación en nombre de los padres de la víctima, Ángel Cruz y Patricia Ramírez , y que están sustentadas en los informes forenses aportados por esta parte, según ha explicado, según recoge el autor original de este artículo Cruz Morcillo en ABC y comparte Ivan Rastik para Periodista Digital.

El niño tenía dos hematomas, de entre ocho y diez centímetros, asegura, uno en la parte frontal y otro en la parte trasera de la cabeza. Esos hematomas se produjeron, según ese dictamen, a consecuencia de la paliza que le dio Ana Julia a la criatura antes de asfixiarlo el 27 de febrero del año pasado. «No cabe tanta maldad, no cabe hacer tanto daño a un niño y venir ahora con la tesis del accidente», dijo mirando al Jurado.

Ese intervalo de tiempo, superior al que se conocía y al que apunta la Fiscalía, y esos golpes son la principal novedad de la primera jornada del juicio contra Ana Julia, la primera mujer que se enfrenta a una pena de prisión permanente revisable. Torres definió a la acusada como «alguien rematadamente mala». «Lo golpea hasta que lo mata y luego se pone a fumar», le dijo al juez. El abogado de la acusación prosigió contando su versión de los hechos: «Me fumo los cuatro cigarros y hago el hoyo… es seguramente después cuando ve que aún respira, y ahí lo asfixia porque lo ve… O se ha arrodillado encima de él para ahogarlo o se ha echado encima. Posiblemente lo quiso descuartizar, si no, por qué lo desnudó». Ana Julia no paraba de mover la cabeza negando al escuchar estas palabras.

La fiscal Elena Fernández Lora, tras aleccionar al Jurado (siete mujeres y dos hombres) sobre los intervinientes en el procedimiento y en qué debían basar su decisión, subrayó que Ana Julia mató a Gabriel «de modo consciente, deliberado y a sangre fría» y aseguró que la criatura de ocho años, que pesaba 24 kilos, «no tuvo ninguna opción de salir con vida de aquella finca».

Pidió a los jurados que se abstraigan del tema mediático y que se concentre en la práctica de las pruebas. «El juicio oral se va a celebrar realmente aquí» (…) El letrado ya ha planteado que están ustedes contaminados. Tienen la obligación de demostrar que eso no es así».

La fiscal indicó a las mujeres y hombres que tienen en sus manos la decisión de impartir justicia que no se preocuparan por cuál fue el móvil del crimen, un argumento que no compartió la acusación que habló de móvil económico y de que Gabriel estorbaba a la acusada. «Llevo miles de juicios en 33 años. Jamás he visto escenas de tanta maldad», apuntaló el abogado de la acusación al terminar su relato.

La defensa, ejercida por el abogado del turno de oficio Esteban Hernández, insistió en que la muerte de Gabriel fue un accidente. Admitió que lo que se está juzgando es un asunto «trágico, triste» que «lamentamos profundamente todos los que estamos, incluso la acusada nos consta», dijo. El letrado puso de relevancia la discrepancia relevante entre Fiscalía y acusación. «Ana Julia dice que la insultó y le tapó la boca para callarlo. Su relato es compatible con la forma de morir, no tiene sucesión de golpes, tiene uno o dos hematomas de ejercer presión contra la pared de empujarlo, ahí llora más. Su intención era callarlo. Tendrán que decidir si quería matarlo o callarlo». Ana Julia, sentada dos sillas más allá, despojada de la americana con la que llegó a la Audiencia por la mañana no dejó de sollozar en silencio mientras su abogado resumía los hechos.

Hernández recordó que Ana Julia nunca ha negado que fuese quien dio muerte al niño, pero qué intención tenía si es que había un móvil, si es que era premeditado. «¿Quería hacerle daño acaso al padre después o es que no sabía salir del embrollo en el que se había metido?».

Poco antes de las dos de la tarde concluyó la primera sesión del juicio que se prolongará hasta el día 18. La declaración de la acusada, Ana Julia Quezada, de 45 años, prevista para hoy se ha aplazado hasta mañana. La magistrada explicó que había que acabar pronto para que los jurados pudieran regresar a sus casas.

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