Carod gana

Lo mejor del ‘pastatut’ que Zapatero ha regalado al nacionalismo catalán es que sirve a dos fines radicalmente contrarios, como siempre, a lo que la lumbrera ZP decía perseguir con sus cesiones a los separatistas.En primer lugar, ha conseguido sembrar en España el peligroso sentimiento de emulación del nacionalismo que ya nos llevó a la generalización de las Autonomías, y ahora nos conduce sin remedio a la España de las ‘realidades nacionales’. El muy castellano «nadie es más que nadie» obliga a todas las comunidades, si no a una definición ‘nacional’, sí, irremediablemente, a la asunción de las mismas competencias, blindaje, bilateralidad y capacidad de veto de que se han dotado los catalanes.

La ingobernabilidad estará servida, y el futuro previsible -y ciertamente plural- contará con una estupenda variedad de Españas: la del PP, la del PSOE y las de los diversos nacionalismos, seguramente agrupados a su vez en alguna nueva edición de las Galeuskas con invitados canarios, aragoneses y asturianos, si las tendencias a nuevos nacionalismos, cada día más evidentes en estas regiones, no se frenan. Y, desde luego, ZP no ha hecho otra cosa que estimularlas con sus políticas y con esa LOE infame que en veinte años habrá hecho desaparecer todo sentimiento español en los jóvenes.

Y eso, si PP y PSOE consiguen mantener bajo una disciplina común a sus barones regionales. Es decir, que, encima, la unidad de lo poco que quede de España pasará a depender de la unión interna de los grandes partidos, desaparecido el Estado, mientras que las regiones controladas por los nacionalismos habrán dejado de ser españolas para siempre. Este será el panorama de enorme unidad y reforzamiento de España a que nos está llevando el zapaterismo.

Y, en segundo lugar, el no de Carod era perfectamente previsible para cualquiera que sepa por dónde respira ERC y las que son sus aspiraciones finales. Son conscientes de que con un pasito cada día (hoy prohíbo la lengua, mañana los toritos y los faralaes, pasado tengo selecciones propias, ya controlo la enseñanza por completo…), en una generación se habrá conseguido una voluntad de separación imparable, que, además, contará de hecho con un Estado propio que permitirá que la aventura ya no lo sea, y que la amputación ni duela. Esa es la puerta abierta que se dejan con este no. Esa es la apuesta de futuro que esta negativa a aceptar el pacto ZP-Artur Mas supone para los independentistas. No podía ser de otra manera, y sólo un gobernante desdichado y tontarras como Zapatero, que tan listo se piensa, podía llegar a creer que controlaría al separatismo con migajas y alianzas con la burguesía pactista.

Carod perderá el referéndum, pero es el gran ganador de esta crisis cuando parecía destinado a desaparecer. El ‘NO’ es su fuerza. Ha conseguido enormes privilegios para Cataluña y además se queda con las cartas de futuro, con el aura romántica, con la administración de la lucha por las ‘libertades nacionales’. Los jóvenes seguirán con él y cada día serán más.

Lo grave es que a ZP le puede pasar lo mismo en el País Vasco. Que Batasuna salga de todo esto investida de futuro. Ya lo dijo él mismo: Goiricelaya, la abogada batasuna, es el futuro. ¡Viva la España epidural!

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