Don Quijote de la Sagra, una Historia del siglo XXI (VI)

DON QUIJOTE DE LA SAGRA, una Historia del siglo XXI (publicada en «El sol universal»).

ENTREGA NÚMERO 6.

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SINOPSIS DE LA NOVELA: Quijote de Castilla y de Castilla, vecino de la Sagra toledana, que está oficialmente inscrito en el Registro Civil con este nombre y apellidos, y conocido como Quijote de la Sagra por sus amigos, es un investigador cultural que, en unión de Constanza de Toledo, conciben un plan para reconquistar culturalmente la Península Carataria de Toledo, convenciendo a los duques, ductores y barones que rigen dicha Península de la necesidad y conveniencia de reafirmar las raíces castellanas de esa Carataria toledana).

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(COMIENZO DE LA SEXTA ENTREGA…)

LA ASOCIACIÓN DE CABALLEROS Y DAMAS ANDANTES
DE CASTILLA Y ESPAÑA

 

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Por otra parte, lo que singulariza y distingue a los caballeros y damas andantes de nuestros días de aquellos otros de los tiempos pretéritos que leemos y sabemos por los libros es que no se trata de un fenómeno privado, solitario, individual y porque sí de los barruntos, los tientos y las cosas que en el interior de la imaginación le suceden a un particular.

Hoy ya no es así… Es necesario un reconocimiento social notorio para que se pueda acceder y ejercitar las tareas propias del caballero o la dama andante, al servicio de los intereses mayores y comunitarios.

Y además hay que pertenecer a la Asociación de Caballeros y Damas Andantes de Castilla y España, que es quien expide las credenciales de este tipo que se requieren para actuar en la andante cofradía de nuestro tiempo.

La cual asociación expide un título de Andante por comarca, sin que pueda haber dos en la misma tierra, pues ello generaría riesgo de colisión, confrontación y algarabía de excesivo número de aventureros, con merma del prestigio y reconocimiento de los mismos, por excesiva sobreabundancia de andanzas oficiales.

DON QUIJOTE DE LA SAGRA ENTRA EN CONTACTO CON LA DAMA ANDANTE DE LA CAPITAL DE LA PROVINCIA
Y REINO ANTIGUO DE TOLEDO

En este sentido, Don Quijote de la Sagra, cuando concibió la aventura que muy pronto relataremos, comprendió que necesitaría el auxilio de cuantos más aliados y afectos a su causa pudiera conseguir, dada la envergadura, tamaño y consecuencias de lo que se proponía.

En primer lugar, se puso en contacto telefónico con quien ejercía sus mismas funciones en la ciudad de Toledo, la cual era por entonces una mujer precisamente, la cual respondía al nombre de doña Constanza de Toledo, que en cuanto supo del interés de don Quijote de la Sagra por tratar algunos asuntos con ella, facilitó cuanto pudo la conversación entre ambos.

La cual primera conversación de esta historia fue así, a lo poco más que menos.

-Un honor, doña Constanza, hablar con mi querida colega en la ciudad de Toledo para este asunto que quiero proponerle.

-Al contrario, señor don Quijote de la Sagra, yo soy la que se congratula de poder mantener esta conversación, toda vez que ya hace algún tiempo desde que conversamos anteriormente, en la última asamblea periódica de caballeros y damas andantes de la provincia.

-Recuerdo esa reunión, ya un poco lejana, puesto que si el primer propósito fue el de celebrarlas anualmente; al final, los problemas de tiempo y de agenda nos llevan a hacerlo de un modo indeterminado.

-Así es. Todos estamos en mil asuntos a la vez y faltos de tiempo para cada uno.

-Conforme contigo, Constanza. ¿Te parece que vayamos apeándonos los tratamientos, los dones y los títulos de cortesía que nos otorgan los estatutos que regulan nuestra actividad, aunque son en realidad la única retribución y honorífica con que la Comunidad compensa nuestros desvelos por ella?

-Me parece de perlas, amigo Quijote, aunque en una cosa discrepo contigo.

-¿En qué?

-En que la Comunidad sólo nos retribuya con la concesión de unos tratamientos y títulos de cortesía que más bien son fatigosa faramalla y farfolla pesada e insidiosa que sustancia de ningún tipo.

-¿Pues de qué otro modo nos gratifica y recompensa?

-Con su reconocimiento y aprecio, Quijote. ¿No sientes tú el afecto que la Comunidad nos manifiesta hacia los que hacemos algo altruistamente por ella que es la más satisfactoria de las gratitudes, incluso por encima de las no devengadas gratificaciones?

-Sin duda que lo percibo, Constanza… Bregar y trabajar desinteresadamente por el bien común del conjunto y ser honrado por ello es una sensación que puede compararse a muy pocas.

-Estoy contigo. Somos adalides del pueblo pero para casos de paz, que es el supremo bien que debe protegerse, con las armas del raciocinio y la prudencia, especialmente.

-Cierto, que también las otras armas son necesarias, según los casos, pero sólo se puede y debe llegar a ellas, después de haber usado plenamente las de la inteligencia y diplomacia.

-Defender al pueblo y no desde un punto de vista político, que siempre entraña algo de sectarismo, ese el papel de los caballeros y damas andantes de nuestro tiempo.

-Muy bien dicho, Constanza de Toledo.

……. …….

FIN DE LA SEXTA ENTREGA. (Continuará en este mismo medio)

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Juan Pablo Mañueco

Nacido en Madrid en 1954. Licenciado en Filosofía y Letras, sección de Literatura Hispánica, por la Universidad Complutense de Madrid

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