La película trata sobre la vida de unos trabajadores que almacenan, colocan o tiran la comida caducada en un gran supermercado. Contado así puede parecer un rollo, pero es que lo cuentes como lo cuentes se hace monótona e insustancial, a pesar de haber una cierta dosis de amor y muerte que da intermitentes `picos´ al film.
Parece un ensayo de cine experimental, donde la mayoría del tiempo estás mirando a unas personas manejar una grúa que sube y baja paquetes y poco más. Hubiese funcionado mejor desarrollando un guion más intenso donde pasasen más cosas, aunque supongo que el director alemán Thomas Stuber lo que pretende es mostrar esa vida cotidiana y realista y ya está.
A pesar de todo hay un trasfondo sobre la existencialidad que me pareció hechizante, y el actor Franz Rogowsky tiene un áurea especial.
1½ ★½