Vilma, Alpha…¿y Omega?

Es curioso, pero ya llevamos la friolera de veinte huracanes en este año. Tanto así que a la última tormenta que se formó hace unos días la han bautizado como «Alpha». Y es que se acabaron los nombres de pila y hay que improvisar sobre la marcha. ¿Quién viene luego?¿»Omega»?.

Este quizá será recordado como el año de los mayores desastres naturales en el mundo. Los vientos huracanados han dejado muerte y desolación en varios paises iberoamericanos, incluso en la gran potencia mundial: EEUU. Nada se ha salvado a su paso.

Pero hay algo más curioso aún. Y es que uno puede ver en los periodicos anuncios de «viaje a tal o cual país», «Visite el Caribe», etc, etc y todo como si no ocurriera nada. Y algo así fue lo que les pasó a una pareja americana que viajó a cancún. Ante la inminencia del huracán llamaron al hotel en la paradisíaca playa y preguntaron que cómo estaban las cosas, si había problemas o no. El director del mismo les contó que todo estaba normal, que no había problemas y que hicieran maletas y toallas y se vinieran a Cancún que todo iba «chévere». Así lo hiceron los ingenuos y se fueron al Mexico lindo y querido.

Nada más llegar vieron que todo el mundo quería largarse del lugar. Tenían su reserva hecha pero no había dios que se quedara en el hotel. Había que buscar refugio como sea, de lo contrario el viento les podría «regresar» a casa impulsados por un bofetón de 280 km/hora.

Es sabido que por desastres naturales, guerras, conflictos civiles y otras excusas las agencias de viaje no devuelven el dinero. El hotelero, agencia de viajes o lo que sea: siempre ganan.

Y los dos infelices a estas horas es seguro que habrán regresado a la tierra del «Tío Sam» empapados y sin guita. Jodidos, pero al menos vivitos y coleando.

La picaresca está a la orden del día. Pero en el turismo tarde o temprano se paga. El boca a boca suele funcionar. Basta un ejemplo: Madrid era visitado por miles y miles de japoneses, pero debido la ola de asaltos que sufrían – ellos en especial- hizo que esa ola turistica se redujera a mínimos. Ahora hay más control, y es que ya no te roban todos los días. Ahora la cosa es de vez en cuando y eso si es que tienes suerte.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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