(Paul Monzón).- A finales de noviembre del 2004, tras la llegada al poder de Rodríguez Zapatero, el ex presidente Hugo Chávez (que en paz descanse) visitó Madrid. Por aquel entonces yo laboraba editando una revista en papel cuché dirigido al colectivo latinoamericano afincado en España. Se llamaba Magazine Pimeraplana. Aquellos días andaba en busca de una foto con la cual ilustrar la portada de diciembre del magazine y consideré que una instantánea del líder bolivariano sería la solución.

Chávez visitaba España y yo me había acreditado a ninguno de los actos oficiales.

En aquel entonces tenía algunos colegas en la Embajada de Venezuela en Madrid. Ninguno me pudo ayudar cuando les llamé por teléfono. Pero a media tarde uno de ellos (me pidió anonimato) me aseguró que el Comandante iba a estar a última hora de la tarde en el Círculo de Bellas artes de Madrid, que había quedado con artistas y personalidades del mundo de la cultura española de tinte socialista.
Y hasta allí me fui esperando hacer una foto o lo que sea.

Serían las 18 horas cuando Chávez llegó al Círculo de Bellas Artes y se encerró a cal y canto con los artistas entre los que se podía ver a Pilar Bardem. Su equipo de seguridad quiso echarme de la antesala en la cual estaba reunido el presidente, pero alegué que me había invitado la Embajada (jajaja). Se mostraron cordiales, pero me dijeron que nada de fotos, ni nada de nada. Hasta ese momento no le había visto aún el careto al líder bolivariano.
Me cansé de esperar y como tenía otras cosas que hacer a punto estuve de irme, cuando en eso los escoltas del presidente venezolano tomaron posiciones lo cual alertaba que Chávez saldría en breve. Y así fue.

Chávez bajó al lobby del Círculo de Bellas Artes escoltado por una corte de guardaespaldas, residentes venezolanos, artistas, entre otros. Al llegar al lobby se quedó quieto observando a todas las personas que le saludaban, incluidos jóvenes chavistas y simpatizantes. Todos querían abrazarle, saludarle, hacerse una foto con él.

Al Comandante le tenía a un metro de distancia. Intenté fotografiarle a lo cual su escolta me lo impedía. No obstante le hice unas cuantas fotos que salieron movidas producto de la marabunta

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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