CRISIS SANITARIA Y SOCIAL EN EL PRINCIPAL AEROPUERTO DE ESPAÑA

Barajas: La terminal ‘zombie’ donde los sintecho y las plagas desbordan al personal

Entre 300 y 500 personas sin hogar conviven con chinches y piojos en la T4, generando una situación insostenible para trabajadores y viajeros

Barajas: La terminal 'zombie' donde los sintecho y las plagas desbordan al personal

El Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, otrora símbolo de la modernidad aeroportuaria española, vive actualmente una de las situaciones más críticas de su historia. Lo que debería ser la puerta de entrada a la capital española se ha convertido en un escenario de crisis sanitaria y social que afecta tanto a trabajadores como a viajeros.

La Terminal 4, diseñada por el prestigioso arquitecto Richard Rogers e inaugurada en 2006, ha pasado de ser un referente internacional de diseño aeroportuario a convertirse en lo que algunos trabajadores ya denominan la «terminal zombie». Entre 300 y 500 personas sin hogar han establecido su residencia permanente en diferentes zonas del aeropuerto, convirtiendo algunas áreas en auténticos campamentos improvisados.

Una plaga que se extiende

La situación ha empeorado drásticamente en las últimas semanas con la aparición de una plaga de chinches y piojos que ha obligado al cierre temporal de varios mostradores de facturación. Los trabajadores denuncian picaduras nada más entrar en el aeropuerto, especialmente en la planta 2 de la T4, donde la concentración de insectos parece ser mayor.

«Nunca habíamos visto una plaga de chinches. Desde hace una semana estamos con tres y cuatro trabajadores con picaduras diarias. Se está fumigando pero el problema sigue», comenta Isidro (nombre ficticio), un agente de pasaje que trabaja habitualmente en turnos de tarde y noche.

Las imágenes de operarios fumigando mostradores circulan entre el personal, mientras que algunos empleados muestran las marcas de picaduras en sus brazos y piernas. El sindicato ASAE ha puesto en conocimiento de la Comunidad de Madrid este problema sanitario, que a su vez lo ha trasladado a la Subdirección General de Sanidad Exterior del Ministerio de Sanidad.

El origen del problema

Aunque AENA niega la existencia de una plaga y asegura que solo se han detectado insectos «en puntos muy limitados», los sindicatos y trabajadores señalan directamente a la presencia masiva de personas sin hogar como uno de los factores determinantes en la proliferación de estos parásitos.

La situación de estas personas no es nueva. Desde 2023, cientos de individuos como Óscar Vásquez, de 47 años, han encontrado en el aeropuerto un refugio donde pernoctar. Lo que ha cambiado es la gestión del problema: ante las quejas de aerolíneas como Fly Emirates, la dirección del aeropuerto ha optado por una solución tan controvertida como ineficaz: trasladar a estas personas de la planta 2 a la planta 1, diez metros más abajo, donde los turistas solo pasan por error.

«En lugar de darles una solución se agrava su problema ocultándoles a la vista de los demás», denuncia un trabajador. «Si a los trabajadores, que dormimos en casa, nos duchamos y lavamos la ropa, nos está afectando a la salud con mareos, sarpullidos y dolores de garganta, ¿qué no le pasará a esta gente?».

Medidas desesperadas

La respuesta de las autoridades aeroportuarias ha sido retirar todos los asientos de la planta 2, después de que muchos trabajadores se negaran a prestar sus servicios debido a la plaga de chinches. Primero se limitó su uso con cintas de plástico hasta que finalmente fueron eliminados por completo.

Los mostradores de Fly Emirates se han convertido en «intocables»: nadie puede pasar una vez están cerrados, vigilantes los rodean constantemente y cintas retráctiles acordonan la zona. Mientras tanto, en la planta 1, cientos de personas sin hogar se hacinan en condiciones cada vez más precarias.

«De nada vale limpiar mostradores de facturación si luego vuelven a dormir ahí personas», señala el sindicato ASAE, que lleva meses exigiendo una solución definitiva al problema. «Es una degradación total de la imagen de AENA, de Madrid y de España«.

Un problema de salud pública

Las chinches comunes (Cimex lectularius) son insectos ectoparásitos que se alimentan exclusivamente de sangre, preferentemente humana. Aunque no transmiten enfermedades infecciosas, sus picaduras provocan reacciones cutáneas, inflamaciones y cuadros de hipersensibilidad. La exposición prolongada puede afectar al bienestar psicológico, generando insomnio y ansiedad.

El sindicato ASAE ha alertado además sobre «la posible presencia de personas con sarna en los campamentos», en los cuales «no se puede mantener una higiene adecuada», lo que agrava aún más la situación sanitaria.

Curiosidades y anécdotas de Barajas

En medio de esta crisis, resulta paradójico recordar que la Terminal 4 de Barajas fue galardonada en 2006 con el prestigioso premio Stirling de arquitectura, considerado el «Nobel» de esta disciplina. Su diseño innovador, con un techo ondulado que permite la entrada de luz natural, buscaba crear una experiencia agradable y relajante para los viajeros.

Otra curiosidad es que Barajas alberga una de las mayores obras de arte contemporáneo de España: la instalación «Jardín de Luz» del artista Cristina Iglesias, una escultura de 180 metros de longitud que simula un bosque metálico y que ahora contrasta dramáticamente con la realidad social del aeropuerto.

El aeropuerto madrileño también tiene el dudoso honor de ser uno de los pocos grandes aeropuertos europeos que se ha convertido en refugio permanente para personas sin hogar a esta escala. Mientras que otros aeropuertos como Charles de Gaulle en París o Heathrow en Londres han implementado protocolos efectivos para evitar esta situación, Barajas se ha convertido en un caso de estudio sobre cómo no gestionar una crisis social en infraestructuras críticas.

Administraciones sin respuesta efectiva

Mientras tanto, el Ayuntamiento de Madrid explica que «siguen manteniendo reuniones técnicas con responsables de AENA, de la Delegación del Gobierno y de la Comunidad de Madrid para que de manera coordinada todas las administraciones competentes podamos ofrecer una respuesta digna a las personas que viven y pernoctan en el aeropuerto».

Sin embargo, estas reuniones no parecen traducirse en acciones concretas. El pasado 20 de marzo falleció una persona sin hogar en las instalaciones del aeropuerto, un hecho que el secretario general de ASAE, Antonio Llarena, recuerda con preocupación: «Estamos ante la mayor degradación del aeropuerto internacional más importante de España en su historia. Si este Bronx no se corta lamentaremos algún muerto más».

La situación en Barajas refleja un problema más amplio de coordinación entre administraciones y de políticas sociales efectivas. Mientras las chinches siguen picando y las personas sin hogar son desplazadas de un lugar a otro dentro del aeropuerto, la imagen internacional de la principal puerta de entrada a España se deteriora día a día, afectando no solo a quienes trabajan allí, sino también a los millones de turistas que pasan por sus instalaciones cada año.

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