PD: En estas proximas 2 semanas podran haber ciertos retrazos en mis respuestas a vuestros comentarios. Atte.Shimshon

El articulo fue escrito por KHALED ABU TOAMAH –  y publicado en GATESTONE

«En una acción sin precedentes, la Liga Árabe, que representa a 22 países árabes, instó el 30 de julio al grupo palestino Hamás, respaldado por Irán, a deponer las armas y ceder el control de la Franja de Gaza. Hamás rechazó el llamamiento. ¿Cómo respondieron los países árabes al rechazo de Hamás a su solicitud? En lugar de denunciar a Hamás por causar muerte y destrucción en la Franja de Gaza, condenaron a Israel.

A principios de este año, un alto funcionario de la Liga Árabe, Hossam Zaki, fue citado diciendo que sería en beneficio del pueblo palestino que Hamás cediera el control de la Franja de Gaza. Como de costumbre, Hamás rechazó el llamamiento. Desde entonces, y con anterioridad, la Liga Árabe ha denunciado repetidamente a Israel por luchar contra el grupo terrorista responsable de la invasión de Israel del 7 de octubre de 2023, el peor crimen contra los judíos desde la década de 1940.

Al menos 1200 israelíes y extranjeros fueron asesinados, miles resultaron heridos y 251 personas fueron llevadas como rehenes a la Franja de Gaza. Hamás aún mantiene 48 rehenes, de los cuales se cree que solo 28 siguen con vida.

La Liga Árabe no celebró una sesión de emergencia para debatir la respuesta irrespetuosa de Hamás a sus hermanos árabes. Al rechazar el llamamiento al desarme y a la cesión del control de la Franja de Gaza, Hamás demostró su total indiferencia hacia los países árabes y musulmanes, entre ellos Arabia Saudí, Jordania, Egipto, Emiratos Árabes Unidos e incluso Catar.

Hamás no tiene motivos para acatar las órdenes de los países árabes y musulmanes. No les teme en absoluto. Dedican la mayor parte del tiempo a condenar a Israel y no ejercen presión sobre el grupo terrorista para que ponga fin a la guerra, libere a los rehenes, deponga las armas o ceda el control de la Franja de Gaza. De hecho, países árabes como Catar aún albergan a la mayor parte de los líderes de Hamás, muchos de los cuales son multimillonarios que siguen orquestando la devastación de Gaza desde lujosos hoteles y villas de cinco estrellas en Doha. De hecho, fue Qatar, durante toda la supuesta «mediación» de la administración Trump, quien instruyó repetidamente a Hamás a seguir atacando a Israel y a no desarmarse (como aquí, aquí y aquí).

Incluso después de sumarse a la solicitud de alto el fuego de la Liga Árabe, los periodistas del gobierno qatarí instan a Hamás a secuestrar a más soldados israelíes, a «combatir a los judíos y matarlos», y a afirmar que «la victoria de la yihad en Gaza acabará con el sionismo». Tras la entrada en vigor del alto el fuego de enero de 2025, los medios de comunicación gubernamentales de Qatar lo calificaron de «aplastante victoria histórica» ​​para Hamás, una «derrota significativa» para Israel, similar al Tratado de Hudaybiya, «que el profeta Mahoma firmó con sus enemigos de la tribu Quraysh» durante diez años, pero «que violó después de aproximadamente dos años», y procedió a conquistar La Meca.

Irán financia a Hamás con aproximadamente 100 millones de dólares al año.

Los jefes de Estado árabes, que no se han pronunciado públicamente contra Hamás, aparentemente temen que, si lo hicieran, se enfrentarían a una reacción violenta de la opinión pública árabe, donde Hamás y otros grupos islamistas siguen siendo tan populares como siempre. Algunos líderes árabes ya están siendo tildados de traidores por sus estrechas relaciones con Israel y Estados Unidos.

Desafortunadamente, es lógico asumir que a la mayoría de los líderes árabes no les preocupa especialmente el sufrimiento del pueblo palestino, especialmente de quienes viven en la Franja de Gaza. Durante las últimas décadas, la mayoría de los países árabes han limitado su apoyo a los palestinos a palabras vacías y consignas.

A principios de agosto, la Liga Árabe celebró una sesión de emergencia en El Cairo, Egipto, para discutir los planes israelíes de tomar el control de la ciudad de Gaza como parte de un esfuerzo para presionar a Hamás para que libere a los rehenes y ponga fin a su dominio sobre toda la Franja de Gaza. Los líderes árabes, ignorando el rechazo de Hamás a su llamado a desarmarse y a abandonar el poder, calificaron los planes de Israel de «un flagrante acto de agresión» y exigieron presión internacional urgente para detener las actividades militares israelíes contra el grupo terrorista. Cabría esperar que los líderes árabes estuvieran furiosos con Hamás por rechazar su solicitud. Se equivocarían.

Si 22 países árabes y musulmanes no tienen el coraje de alzar la voz contra Hamás, ¿cómo se puede esperar que desempeñen algún papel en el fin de la guerra en la Franja de Gaza? Egipto y Qatar son los únicos dos países que negocian directamente con Hamás un posible acuerdo de alto el fuego y toma de rehenes con Israel. Los demás países árabes han optado por no involucrarse.

Los líderes de Hamás visitan regularmente El Cairo para conversar con funcionarios egipcios sobre la situación en la Franja de Gaza. Sin embargo, los egipcios no parecen estar ejerciendo ninguna presión real sobre Hamás. De igual manera, Qatar, hasta ahora, no ha presionado al grupo terrorista para que deponga las armas y ceda el control de la Franja de Gaza. Como se ha señalado, los periodistas del gobierno de Qatar siguen alentando activamente a Hamás a continuar la guerra.

Al igual que el resto de los países árabes, Egipto y Qatar no parecen especialmente molestos por la negativa de Hamás a atender el llamado de la Liga Árabe. Si ambos países realmente quisieran presionar a Hamás, al menos amenazarían con deportar a los líderes del grupo terrorista y a sus familias, y embargar sus cuentas bancarias. Esto no solo no ha sucedido, sino que los líderes de Hamás siguen viviendo cómodamente en Doha y son recibidos con entusiasmo cada vez que vuelan a Egipto.

Los líderes de Hamás simplemente no sienten ninguna presión por parte de los árabes para poner fin a la guerra en la Franja de Gaza. Probablemente por eso están decididos a luchar hasta el último palestino. Desde sus hogares y oficinas en Qatar y Turquía, los líderes de Hamás siguen glorificando la «resistencia» palestina y amenazando a Israel con más terrorismo.

La manera más rápida de poner fin a la guerra es exigiendo —con consecuencias por demorarse— que los países árabes, especialmente Egipto y Qatar, adopten una postura realmente firme contra Hamás. La administración Trump es probablemente la única que puede presionar a Egipto y Qatar para que obliguen a Hamás a liberar a los rehenes y deponer las armas. Al fin y al cabo, los líderes árabes nunca se han caracterizado por ser comprensivos con quien se atreva a desafiarlos u ofenderlos».