Este domingo, 11 de mayo de 2025, Portugal se encuentra a tan solo una semana de celebrar sus terceras elecciones legislativas en apenas tres años, una muestra más de la inestabilidad política que atraviesa el país desde hace tiempo.
La caída del Gobierno de centroderecha de Luís Montenegro, tras perder una moción de confianza con el rechazo de casi dos tercios del Parlamento, ha precipitado estos nuevos comicios que tendrán lugar el próximo 18 de mayo.
La convocatoria electoral fue anunciada en marzo por el presidente de la república, Marcelo Rebelo de Sousa, quien disolvió la Asamblea con el apoyo unánime del Consejo de Estado y los partidos políticos.
Esta decisión llegó tras un escándalo relacionado con una empresa vinculada a Montenegro, investigada por posibles conflictos de interés, lo que intensificó la crisis política que ya venía arrastrando el país.
La Alianza Democrática lidera las encuestas
A una semana de las elecciones, las encuestas muestran un panorama político fragmentado, aunque con una ligera ventaja para la coalición de centroderecha. Según los últimos sondeos, la Alianza Democrática (AD), formada por el Partido Social Demócrata (PSD) de Montenegro y el CDS-PP, se mantiene como primera fuerza política con una intención de voto que oscila entre el 30,5% y el 34,8%, dependiendo de la encuesta consultada.
Un estudio reciente de Pitagórica para varios medios portugueses (Jornal de Notícias, TSF, TVI y CNN) sitúa a la AD con un 34,8% de apoyo, aventajando en 6,7 puntos al Partido Socialista (PS) de Pedro Nuno Santos, que obtendría un 28,1% de los votos. Estos datos reflejan un ligero aumento respecto a los resultados obtenidos en las elecciones de marzo de 2024, cuando la AD consiguió un 29,49%.
Por su parte, otra encuesta publicada por el semanario Expresso y el canal SIC Notícias, basada en 1.002 entrevistas, otorga a la AD un 32% de los votos, situando al PS cinco puntos por debajo, con un 27%. Estos resultados muestran una caída de un punto porcentual para la AD y de dos puntos para el PS respecto a un estudio anterior realizado en abril.
La extrema derecha se consolida como tercera fuerza
Más allá del duelo entre los dos grandes partidos tradicionales, las encuestas confirman la consolidación de Chega como tercera fuerza política del país. El partido de extrema derecha obtendría entre un 15,2% y un 19% de los votos según los diferentes sondeos, aunque con una ligera tendencia a la baja respecto a mediciones anteriores.
En cuarto lugar se situaría Iniciativa Liberal, con una intención de voto que oscila entre el 5% y el 7,4%, seguido por formaciones más pequeñas como los ecologistas de Livre (entre 3% y 4,4%), la coalición comunista CDU (entre 3,1% y 4,1%), el Bloque de Izquierda (entre 1,9% y 2,9%) y los animalistas del PAN, que podrían quedarse sin representación parlamentaria con apenas un 0,6% de los votos.
Un escenario político complejo
A pesar de la ventaja que muestran las encuestas para la Alianza Democrática, el escenario político que se dibuja tras las elecciones será complejo. Ninguno de los dos grandes bloques parece en condiciones de alcanzar la mayoría absoluta por sí solo, lo que obligará a buscar acuerdos para formar gobierno.
La situación se complica aún más por la negativa del actual primer ministro en funciones, Luís Montenegro, a pactar con la extrema derecha de Chega. Esto significa que, incluso si los partidos de derecha lograran la mayoría en el Parlamento, la formación de un gobierno estable dependería de la postura que adopte el Partido Socialista.
Según una encuesta publicada por el canal RTP, la emisora Antena 1 y el medio Público, el 53% de los encuestados considera que el Gobierno tendría que cambiar y que la coalición ha hecho un «mal trabajo» durante el año que ha estado en el poder, frente a un 36% que considera que todavía no es momento de cambiar al Ejecutivo de Montenegro.
Los retos pendientes
Portugal afronta estos comicios en un contexto de importantes desafíos sociales y económicos. La crisis de vivienda, la falta de medios en el sistema sanitario público y el educativo, así como la cuestión migratoria, serán temas centrales en la recta final de la campaña electoral.
A esto se suma la polémica empresarial que provocó la caída del Gobierno de Montenegro, relacionada con la empresa Spinumviva, fundada por el primer ministro y en manos de su familia, que recibió pagos de otras compañías, como del mayor grupo hotelero y de casinos del país. Esta semana aumentaron las críticas después de que la prensa portuguesa publicara que Montenegro reveló ocho nuevos clientes de la empresa a la Entidad de Transparencia, lo que según los medios le permitiría que no se supiera hasta el final de la campaña electoral.
La abstención, otra incógnita
Otro factor a tener en cuenta es el nivel de participación. Según el sondeo de Pitagórica, existe la posibilidad de que se registre un 39% de abstención en estas elecciones, un dato preocupante que refleja el desencanto de una parte importante de la ciudadanía portuguesa con la clase política.
Además, el mismo estudio señala que un 15,4% de los portugueses aún no sabe a quién votará, lo que añade un elemento de incertidumbre a los resultados finales. Esta cifra de indecisos podría ser determinante en unos comicios que se prevén muy ajustados.
Portugal vive así uno de los periodos de mayor inestabilidad política desde la Revolución de los Claveles, con un Parlamento fragmentado, una ciudadanía desencantada y grandes retos por delante. Las elecciones del próximo 18 de mayo serán cruciales para determinar si el país logra encontrar la estabilidad necesaria para afrontar los desafíos que tiene por delante o si, por el contrario, continúa sumido en la incertidumbre política.
