Pacos

Paco Sande

Un ser mezquino y despreciable, un energúmeno…

José Blanco no dudó en instrumentalizar políticamente el ataque terrorista en Bombay y lo vivido allí por Esperanza Aguirre para arremeter contra la presidenta madrileña y los populares.

Cuando aludía a la crisis, y trataba de ensalzar las políticas del Gobierno para combatirla, Blanco afirmó que «en momento de dificultad, no podemos utilizar esa máxima del sálvese quien pueda». «Eso se lo dejamos a Aguirre, que se marchó corriendo sin importarle la gente que quedaba allí en situación de dificultad»,

Blanco ha encontrado un filón en los atentados de Bombay para arremeter una y otra vez contra Aguirre. Por tercera vez en menos de una semana, y tras la reunión de la Ejecutiva con Zapatero, ha repetido sus acusaciones a la presidenta. Tras acusarle de «salir corriendo sin importarle la gente» al grito de «sálvese quien pueda.

(Sic)

Se ha dicho muchas veces que la política no tiene entrañas, pero nunca se ha dicho que un hombre pueda perder toda dignidad como ser humano en aras de esta. El señor Blanco, por una vez y para no incurrir en las negruras de la inmoralidad y sordidez a que nos tiene acostumbrados, en su “particular manera” de hacer política, podría haber tratado de comportarse como un ser humano y, por lo menos de cara al publico, hacer como que se alegraba de que una señora, otro ser humano cuya vida todo el mundo tiene el deber de valorar por encima de cualquier política de cualquier partido, hubiese salido ilesa de entre las garras de aquellos fanáticos. ¿Se habrá parado a pensar éste señor de lo que podría haber ocurrido si los terroristas se hubiesen dado cuenta que en el hotel había una alta mandataria española?
¿Se atreve siquiera a sopesar lo que le pudo haber sucedido a esta señora?
¿Se da cuenta de las consecuencias, para ella y para España?
Pero parece que al señor Blanco todo esto le da igual, parece que a él se le hizo demasiado el hecho de que una presidenta del PP saliese indemne de un atentado perpetrado por terroristas islámicos y estuviese acaparando todas las portadas de los periódicos, radios y televisión. Esto fue más de lo que él pudo resistir y se enseño como lo que realmente es.
Ahí queda retratado de cuerpo entero, con sus propias palabras, un ser mezquino y despreciable, un energúmeno sin inteligencia, cultura ni sentido común que ha sido elevado por el partido Socialista a uno de los primeros puestos del Gobierno.
Pero aquí en Galicia, todos los gallegos dignos nos avergonzamos de que usted sea un hijo de esta tierra.

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