Pacos

Paco Sande

Díganme ahora: ¿Quién es el dictador?

Con la huelga que tienen proyectada para el próximo día 29 y que, al parecer, ya no hay quien la pare, los sindicatos se muestran cada vez mas determinados a demostrarnos que prefieren pasar a la historia como unos energúmenos que, henchidos de vanidad, le dan mas importancia a un mediocre afán de gloria personal, que pasar a la historia como hombres de estado que, prudentes y sensatos, trataron de buscar una salida a este carajal en el que este país está metido.
Después de que, sin mover un dedo durante ocho años, dejar que el anterior Gobierno nos hundiese en la más absoluta miseria, ahora, a la primera de cambio, le montan una huelga al Gobierno de Rajoy sobre unas reformas a todas luces más que necesarias si es que queremos algún día salir de este atolladero.
No es de extrañar que su popularidad vaya en declive cuando hacen ostentación de un gran poder sin el más mínimo vestigio de responsabilidad.
No es de extrañar que cada día menos y menos gente se muestre partidaria de sus ideas cuando cualquiera, con dos dedos de frente, puede percibir que esas ideas parecen más bien nacidas de la mente de unos adolescentes malcriados que de unos adultos responsables y sensatos.
Tengo un amigo que dice ser socialista aunque, como todo buen socialista, está retirado desde que cumplió los cincuenta años, con una pensión a prueba de inflación y viviendo en una casa en el campo que muchos desearíamos para nosotros, una casa que él ganó con el sudor de su frente, eso sí.
Una casa, además, a la que todos los años, desde que la construyó, ha venido haciéndole reformas y mejoras que la han hecho cada vez mas y mas confortable, y este tío, él, que dice ser y sentirse socialista hasta el tuétano, esas son sus palabras, jamás de los jamases le he visto que para hacer esas reformas haya llamado a una empresa como dios manda, con los obreros asegurados y con un sueldo en condiciones, sino que, ha acometido reforma tras reforma, llamando siempre a algún amigo o conocido profesional de la paleta, de la brocha o del fusible, a poder ser a su vez también retirados, a los que paga en negro y así le sale la obra por la mitad de lo que costaría por los cauces correctos, unos “chancas” les llama él.
Y el otro día este amigo me dice. ¿¡Qué! El 29 a la huelga eh?
No, yo no, respondí, pero dime, ¿Para qué se hace esta huelga?
Pues para que este Gobierno respete los derechos del obrero, para evitar que se les pague una miseria y para impedir que se destruya el Estado de Bienestar, me respondió.
Pero no os dais cuenta, le dije, que casi ya no quedan obreros, que todo el mundo está en paro o a un paso de estarlo, que el Estado de Bienestar pasó a mejor vida con el anterior Gobierno y que pedir a estas alturas más dinero y mas derechos es inútil, puesto que no hay una perra?
España no tiene un duro ¿No os dais cuenta?

Y hacerle una huelga para impedir que haga las reformas, es como purgar al muerto.
¿Cuándo os vais a dar cuenta de que ya no depende del Gobierno, sino de Europa?

Es igual, me dice, Rajoy es un dictador y hay que quemarlo.
¿…? No, un dictador fue Franco. Y no fue un dictador por que gobernase mal o gobernase bien, fue un dictador porque, te gustase o no lo que proponía o como gobernaba, tenias que aceptarlo si o si, no te daba otra opción.
En cambio Rajoy es un presidente electo, votado en las urnas por más de once millones de españoles (mayoría absoluta), una mayoría que hoy, en unas hipotéticas elecciones, volvería revalidar, y es verdad, también, que hubo y hay unos diez millones que no lo votaron, pero estos son minoría. Pues es ahora que esta minoría en un intento de hacerlo fracasar en su gestión política como Gobierno, que ha decidido salir a la calle tantas veces como haga falta a fin de conseguir en la calle y por la fuerza lo que no han sido capaces de conseguir democráticamente en las urnas.
Díganme ahora: ¿Quién es el dictador?

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído