Pacos

Paco Sande

¿Pero se puede ser más cínico, caradura y desvergonzado?

Leo en Periodista Digital que, los “Nazionalistas galegos”,BNG y alatares han emprendido una campaña contra la escritora lucense Marta Rivera de la Cruz por haber sido elegida para participar en el homenaje a Rosalía de Castro leyendo algunos de los versos de la autora de ‘Cantares gallegos’.
Es un «ultraje» y una «burla», dicen los nacionalistas gallegos a través de un comunicado y afirman que Rivera tiene unas «opiniones beligerantes contra el proceso de normalización del idioma gallego.
Y la diputada Ana Pontón calificó de «ultraje a la memoria de Rosalía» la decisión de la Xunta, a la que achacó «posiciones sectarias» y acusó de «manipular a figura de Rosalía».
¿Pero se puede ser más cínico, caradura y desvergonzado?
¿Es que ignoran estos caraduras que, Rosalía, en sus últimos años, desencantada y hastiada, precisamente del galleguismo y de los galeguistas, prometió, y lo cumplió, no volver a escribir nunca mas en gallego y fue entonces escribió en castellano “En las Orillas del Sar” entre otros, lo que representa posiblemente lo mejor de su obra?
Leo también en una revista, en la sección del correo de los lectores, la carta de un fulano, un tal Alberto Rincón Herranz, en la que afirma que en España a la muerte de Franco, había más de un 40% de analfabetismo.
Posteriormente alguien le replica a esta afirmación con los siguientes datos, que son los mismos que maneja el autor de este blog: En 1970 había en España un índice de analfabetismo del 8´9%, cuyo desglose era de un 5´2% en hombres y 12´3% de mujeres, esto queda muy lejos del 40% del señor Rincón.
Pero claro, queda muy bonito levantarse en cualquier tertulia y soltar la parida de turno, haciendo notar lo mal que se vivió en España bajo la dictadura de Franco.
El autor de este blog, fue alumno de una de aquellas escuelas de aldea en aquélla España de Franco, desde 1958 hasta 1966.
En aquella escuela donde, de principio a fin, tuvimos solo un maestro, (allí no se cambiaba de curso y venga nuevos profesores) había siempre un promedio de 50 niños, 50, para un solo profesor, y a pesar de eso, creo que se impartía una escuela de elite.
Todos salimos sabiendo decir quiénes fueron los Reyes Católicos, Viríato, el Cid, Alfonso X el Sabio o Jaime I el conquistador.
También sabíamos nombrar las regiones y provincias de España, los países y Capitales de Europa y América, -África, Asia y Oceanía, nos costaban más- sabíamos también las cordilleras y picos más altos de los cinco continentes y hasta los lagos de Rusia, que tiene su aquel.
Además de eso, podíamos contar quienes habían sido Noé, o Abrahán, o Moisés, o si me apuran Nabucodonosor, Ruth o Esther. Pregúntenle a un joven de hoy.
Además de una buena dosis de geometría, matemáticas y ciencias naturales, mucha más de la que sabe cualquier niño de 14 años de hoy, créanme.
Y, los únicos analfabetos que hubo durante esos años en aquella aldea fueron tres chicos. Tres muchachos procedentes de familias desarraigadas, cuyos padres, a su vez analfabetos, nunca se preocuparon, ni poco ni mucho, de si los chicos asistían, o no, la escuela. Y estos, se pasaban los días dando vueltas por la aldea mirando que travesura iba a ser su próxima, y los veranos todo el santo día en la playa. Salieron los tres muy buenos nadadores, eso sí, y algo es algo.
Y eso fue todo, por lo menos en aquella aldea. Una aldea de la Galicia profunda, que dirían los cursis.
Quizás en otros lugares de España, hubo más analfabetismo, quizás, y las causas, pudieron ser muchas y variadas, muchachos que tenían que dejar la escuela para ponerse a trabajar, ayudar en las tareas de casa o cuidar a los hermanos pequeños, etc., pero todo aquel que no asistió a una escuela, no fue porque allí no hubiese una escuela a la que asistir.

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