Palpito Digital

José Muñoz Clares

si en el sexto no hay perdón…

En asuntos de bragueta nos hicieron los dioses torpes para mejor condenarnos y, mientras pasa la vida, reírse de nosotros desde los cielos benditos. Bien lo pagan con descreimiento, según es fama, salvo esos salvajes del ISIS y los hoy frustrados miembros del Comité para la Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, desalmados hirsutos que han quedado sin oficio hasta en Arabia Saudí después de haber cometido tropelías sin cuento, sobre todo contra las mujeres, dios las bendiga. Cierto es que hubo héroes capaces de resistir las tentaciones de la carne pero para domeñar a esos mendas pusieron los dioses el dinero. Tomás de Aquino, al que todavía hay quien llama santo pese a la barriga que se gstaba, se agarró a un chuzo encendido por no irse con un par de fulanas que vinieron a tentarlo; ha pasado a la iconografía pero no a la innumerable lista de quienes dieron su vida por dejar bien alto el pabellón del glande, que en latín significaba bellota (glans-glandis) como vagina significaba vaina donde resguardar la espada. Esos romanos eran más como los veía Astérix que como los veían los clásicos, siempre adornados de virtudes y partiéndose el pecho por el Imperio; en el fondo unos cursis que llamaban bellota al glande y vaina a lo que ustedes saben y yo no he de decir aquí por si me lee mi madre y luego me afea la conducta.
Así que, muerta la bragueta, se recrearon los dioses en el dinero, donde casi todos pican, y he aquí que nos vino un tal Soria, que le puso impuesto al sol, a pegar una cantada como la del Barça con el Atlético; ellos que iban de todo se ven abocados a la nada porque ni la liga la tienen fácil, que ya sería mérito que el Atlético los dejara sin liga y sin champion. Como haber Dios en los cielos que, no gustándome el fútbol como no me gusta, si eso pasa me voy a Madrid aunque sea en talgo a echarle unas palmas a Neptuno y pasarle a los culés la liga y la champion por todos los morros y que reviente Puigdemont si es preciso. Pero esto iba de sexo y de dinero y a mí se me han ido las cabras al monte. Retomo.
Pues, como les iba diciendo, me dejó dicho mi padre, cuya memoria venero, un algo que oyó por Almería del norte, pegado a Lorca. Y decía el dicho lo que sigue: si en el sexto no hay perdón y en el séptimo rebaja, puede empezar el señor a llenar el cielo de paja. Y es así la cosa, no cabe duda, después de ver, como hemos visto, que el Soria no hizo sino negar como cogido en la cama con quien no debía estar. No dijo eso de “esto no es lo que parece” porque el asunto parecía desde el primer momento lo que era: que el muy perillán se había montado un chiringuito panameño a la vez que nos freía a impuestos con su colega Montoro, y al cabo se ha descubierto el pastel y ahí está, avergonzado, contrito, renegando de sí mismo y con la sensación de que ha rizado un rizo que después de lo de la Barberá parecía que no cabían más moños. Pues sí: cabía lo de este Soria, que no se merece el apellido dado lo hermosa qu es Soria y lo golfales que nos ha salido el pollo. Al menos en asuntos de dinero, y por el sexo ni le preguntamos.

Pues lo dicho: que si no ha de haber perdón para quiuenes abusan del glande ni rebaja para los que andan detrás de las perras, se van a quedar los dioses tan solos como solían, porque lo que en la Tierra no ha nacido varón que no pierda el culo por las tías ni el alma por el dinero. Y no digo más, que luego todo se sabe.

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José Muñoz Clares

Colaborador asiduo en la prensa de forma ininterrumpida desde la revista universitaria Campus, Diario 16 Murcia, La Opinión (Murcia), La Verdad (Murcia) y por último La Razón (Murcia) hasta que se cerró la edición, lo que acredita más de veinte años de publicaciones sostenidas en la prensa.

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