Dicen las encuestas que hoy PP y VOX sumarían mayoría absoluta, lo que desalojaría del poder con ignominia a la asociación de malhechores que lo detenta. Puestos a desmontar chiringuitos, prebendas y redes clientelares lo más conveniente es tener las manos libres que nos libren de pasar por la hucha del Domund que se tienen montada catalanes, vascos y cuantos puedan dar un voto a Perro Sánchez para que siga en el poder. Las encuestas son cada día más favorables, sí, pero no está claro ni que Casado pueda ser el líder que los conservadores necesitan y, mucho menos, que dentro de dos años PP y VOX estén en situación de pactar, lo que le daría a esta gentuza cuatro años más de poder, suficientes para acabar con lo que queda de España, y los primeros en caer serían PP y VOX.
Casado, encastillado en el no, nos ha hecho saber con tanto ahínco lo que no quiere que nos hemos quedado sin saber lo que sí quiere, pese a lo cual anda de subidón no por lo que ha hecho él ni por lo que propone sino por lo que ha hecho mal y lo que propone el de enfrente. Pero se le ha escapado un destello de realidad en su discurso: sea cual sea la sentencia del Constitucional, ha dicho, ellos derogarán la ley del aborto. ¿De vuelta a la ley franquista? Tuvo Rajoy la oportunidad de una mayoría absoluta y no derogó la regulación del aborto porque los barones lo recondujeron a la senda de la cordura: derogas el aborto, no consigues nada -la gente aborta en Marruecos, Portugal, Francia…- y pierdes millones de votos que se irían a quien simplemente no se proponga llevarnos al paraíso trumpista de mujeres piadosas que nunca abortan, ni siquiera si el embarazo procede de una violación, para luego ir al cielo. Así que del PP vamos sabiendo que Casado no es el líder que necesitan los conservadores. Si de dejaran de tonterías y miraran hacia Ayuso quizás se les abriría el horizonte pero los machos peperos, como los machos podemitas, en plan pecholobo, sólo se fían de los hombres para deshacer lo que han hecho mal otros hombres. Ellos, como la cabra, se han echado al monte y ahí dan lo peor de sí mismos. En dos años pueden haber perdido el poco crédito que les queda.
De VOX sabemos lo que quiere pese a que su programa electoral cueste encontrarlo, lo que resulta inquietante. Pero ha sonado una flauta en Polonia que les ha servido en bandeja la oportunidad de ser sensatos y ellos también se han echado al monte, como la cabra, llevados por sus obsesiones, advirtiendo así a los ciudadanos sobre lo que piensan hacer si llegan a gobernar: VOX ha desenterrado el hacha de guerra contra Europa y se ha sumado a la ridícula rebelión judicial de Polonia contra la justicia de la UE. Proponen que hagamos lo mismo, que cortemos la vinculación con el Tribunal de Justica de la UE, con el TEDH y con Bruselas y salgamos de Europa en plan Hispanéxit. VOX parece que no lee ni los periódicos. ¿No han visto cómo le va al golfo de Johnson, que engañó a sus compatriotas, los metió en el Brexit, los sacó de Europa y él se ha venido de vacaciones a Marbella mientras en el altivo Reino Unido de la Gran Bretaña los conductores hacen colas soviéticas para ir luego con sus coches a supermercados de la RDA? Y eso dejando aparte nuestra vinculación histórica y sentimental con Europa y con sus raíces culturales y religiosas: una línea que nos conecta con el Imperio Romano, el Cristianismo, los reyes godos, la épica de echar al mar a los invasores musulmanes, Carlomagno, el Sacro Imperio Romano Germánico y todo lo que va desde entonces a hoy, incluidos los Erasmus, el espacio Schengen y la innecesariedad del pasaporte para viajar por Europa. Y, antes, dos guerras mundiales.
El PP ha sobrevivido a su inconsistencia y corrupción tradicionales a base de un voto cautivo que lo va a votar al margen de que ellos sean corruptos y su programa insensato. VOX no tiene tanto: su voto cautivo es el de exmilitares -no precisamente de jefes para arriba-, nostálgicos del franquismo y, pásmense, antiguos votantes de izquierda y derecha que por no votar al PP prefieren poner a VOX en el poder por aquello de darle en la cara al psoe de PerroSánchez y al PP de Casado. Hasta su voto cautivo puede perder VOX si repite la hazaña del pelopaja Johnson: sembrar mentiras, dar lugar al Hispanexit y sumirnos en la miseria económica y cultural y en la irrelevancia. Eso quiere VOX y así lo ha expresado su líder: recuperar «la soberanía judicial” frente a la UE para no tener que tragarse más sapos como la condena por la Doctrina Parot, incapaces de ver que fue la Sala Segunda del TS la que, a base de prevaricaciones encadenadas, atrajo sobre sí la condena del TEDH, que parece haber avergonzado sólo a ciertos españoles instruidos pero no a los autores de la tropelía, que campan a sus anchas adornados de raimundas sin que ni siquiera se les haya reñido por el golpe de poder que perpetraron en 2006.
Ante este panorama surge la figura de Merkel y su ejemplo personal entendido como exhortación urbi et orbi: vida personal intachable, sobria, honrada y modesta y, mientras tanto, toma de decisiones cuerdas, nombramientos y ceses inspirados en el bien común, pulsos recios y la consecución del liderazgo político y económico de Europa sin concesiones a la corrupción, engrandeciendo así a su país. Sin asesores, sin avión privado, sin palacio. Y esa es la política conservadora que quieren los españoles sensatos; el resto, lo del aborto y lo de la independencia judicial, no se lo perdonarán ni a unos ni a otros, lo que probablemente abocará a la repetición de elecciones o a otro gobierno de Perro Sánchez y sus amiguitos de conveniencia.